martes, 24 de abril de 2012

Manual de instrucciones de un bufón (Manual informativo acerca del macho de la especie)

*Capitulo uno: El bufón macho ¿Qué es y como se comporta? ¿Qué es un bufón macho? Es ese tipo irritante (insufrible, acido,... ¿Me dejo algún, loquitas?), de lengua afilada y rápida, ese duendecillo ingenioso al que en su época de instituto conocerían por el no menos cariñoso apelativo de “el payaso”. El bufón que es una criatura bastante adaptable al medio, aunque es de preferencias urbanas en su reencarnación actual (la vida rural como que no llena sus apetencias y concupiscencias), sigue siendo una especie en vías de extinción: los malvados cazadores moralistas y la venenosa contaminación políticamente correcta pugnan por erradicar la especie. Caracterizados por una sinceridad demasiado radical, son fatales mentirosos, así que no es raro verlos cojear cuando se les otea entre la marabunta borreguil de las ciudades. ¿De donde viene un bufón macho? Aunque a algunos les parezca sorprendente, incluso en algunos momentos al propio bufón al observar a la masa que le rodea, no viene del espacio exterior. Es una raza algo desafectada de la especie humana. Un día el papa del bufón y su mama (la del bufón, no la del papa, de otro modo sencillamente hablaríamos del bufón a secas, aunque, aún no se ha demostrado que el bufón, al reproducirse, de a luz a otro bufón) se pusieron contentos, o les dio por quererse mucho, o simplemente coincidió que ambos estaban más salidos que el pico de una mesa (a mi no me pregunten por las motivaciones, pregúntenselo a ellos, y, si consiguen que les respondan con la verdad, superando su pudor hacia el sexo heredado por sus propios progenitores, esa información que se llevan), y entonces papa puso una semillita en la cueva de mama... y con la polla la metió para adentro. Hay quien asegura que son frutos de una noche de terror, pero eso no esta cien por cien demostrado. 9 meses después nacerá el bufón, aunque seguramente, en aquel momento, los padres ignoran ese prodigio... Incluso puede que lo sigan ignorando hasta le fin de sus días. ¿Qué come un bufón macho? El bufón macho es una criatura omnivora, aunque de gustos algo especiales... De todos los modos, a partir de cierta edad su plato favorito será la pechuga y el conejo, a ser posible pegados a una hembra humana (del otro modo sería algo excéntrico, extraño, no despreciable, pero raro... aunque a todo se acostumbra) ¿Qué cuidados exige un bufón macho? ¡Mímenlo! ¿¡No ven que es un ser único e irremplazable!? ¿Que costumbres sexuales tiene el bufón macho? A edad temprana el apetito sexual del bufón se despierta, criatura ambidiestra le da igual carne que pescado, aunque, habitualmente se conforma con la paja. Este último aspecto hace que su existencia entre aún más en peligro, pues, con tanta paja corre peligro de arder en llamas. Una vez se ha emparejado formalmente, es decir, tras una temporada haciendo practicas como inseminador de hembras (normalmente de su misma especie, su inteligencia y costumbres le hacen alejarse de barbarizar a animales), ha encontrado a una hembra que le soporte, el bufón ha encontrado a la madre de sus hijos, pero, eso no quiere decir que no deje de buscar a la madre de sus bastardos. ¿Cuánto suele vivir un bufón macho? Querido amigo, si es usted alérgico a los bufones, más le vale armarse de paciencia y con algo más letal, el bufón macho, siendo una criatura bastante viciosa, suele ser terriblemente duradera... Incluso hay quien dice que, en caso de desastre nuclear, solo sobrevivirían las cucarachas, las palomas, Keith Richards y los bufones (antiguamente estaban en esta lista Fraga y algún que otro pontífice, pero la propia vida demostró que no eran dignos de permanecer en ella) ¿Ya tengo mi bufón, y ahora que hago con él? ¡Mímenlo! ¿¡No ven que es un ser único e irremplazable!? Y siga leyendo los siguientes capitulo. *Capitulo dos: El Bufón ya esta aquí ¿Y ahora qué? ¿Nos lo comemos? El bufón macho viene con un joystick de serie El Bufón macho, como cualquier otro macho de la especie, incluso de otras especies, tiene un mando con el que controlarle... Créanme, una vez la hembra controla el funcionamiento de este mando, se da cuenta de lo simple que es manipular al espécimen que tiene en su poder. Dicho instrumento, que premia a la manipuladora con una mayor cantidad de terreno de juego conforme va mejorando en el buen uso de aquel, es ergonómico y se puede manipular tanto con la mano, la boca (estudiosos en el tema dicen que de este modo, especialmente en el caso de macho bufón, es como la hembra sacara mayores beneficios en su búsqueda de control del espécimen, y este disfrutara de cotas más altas de placer que sabrá recompensar a la hembra manipuladora), e, incluso, alguna exótica hembra ha demostrado pericia con el sobaco o con los pies. Todo macho del bufón viene con uno, así que, anímense a probarlo... No permitan que él juegue solo con él. Rechace imitaciones, pongo un macho bufón en su casa, en su vida, o en su mesa Frase tópica: Todos los hombre son iguales; Mentira, y gorda. Usted, querida mía, no habrá conocido a un macho de verdad hasta que haya probado con un bufón. El macho bufón es nutritivo: si usted hace como que tropieza y le come la polla, encontrará que tiene muchas proteínas y además engorda (la polla, también). El macho bufón no siempre limpia, otros especimenes de macho no lo hacen nunca, pero lo intenta, y, aunque a veces tarda (30 minutos fregando los platos tampoco es para desesperar), lo hará con gran cariño hacía usted. El macho de bufón no viene con pilas y la batería necesita poca recarga... Aunque si a usted, querida usuaria, le da por querer agotarlo puede poner a prueba nuestro producto cuanto y como quiera... A ser posible que él también disfrute de ello. El bufón macho realza a su propietaria, ser usted la envidia de todas las fiestas... La sinceridad hiriente del producto hará que se desvíe la atención de su persona en toda fiesta familiar, y si deseamos marcharnos lo antes posible déjele explayarse con sus humor escatológico y mordaz, le aseguramos que los demás invitados le regaran amablemente un buen viaje de regreso a casa. ¿No es para comérselo? De seguro que usted, tras una semana conviviendo con él, ya esta afilando los cuchillos ¿Me equivoco? Machos hay muchos, bufones macho solo uno de cada 8 millones... Aproveche al que tiene usted en propiedad y rechace imitaciones. ¿Pero, donde meto a esta cosa? (por cosa, seguramente, se referirá al macho bufón) Pues en su cama, mujer ¿Dónde sino?... Es la mejor forma de estar calentitos, tanto usted como él, en invierno, y ardiendo el resto del año (invierno incluido, claro)... Y olvídese de eso tan traído de “Sábado, sabadete...”, a partir del día en que adquiera su bufón macho tendrá sexo garantizado todos los días (claro, también tendrá usted que poner algo de su parte, puede ser un buen amante (también utilizable como perchero, consolador, saco de boxeo,... Los usos que se puede dar a un macho bufón son inagotables), pero no es un esclavo sexual). *Capitulo tres: ¿¡COMO PUEDO DIFERENCIAR ENTRE UN VERDADERO MACHO BUFON Y UNA COPIA!? ¿¡Y SI ME DAN GATO POR LIEBRE!? Una pregunta de los más razonable, recurriendo a las odiosas estadísticas si cada 8 millones de individuos hay un bufón (el porcentaje entre machos y hembras se desconoce aún) y a ti, querida amiga, te mola hacer porcentajes y cuentas matemáticas, da por seguro que no estas con un macho bufón... Un macho bufón huye de alguien tal racional. Normalmente, si usted, querida amiga, me esta haciendo esta pregunta es porque no esta ni cerca de un verdadero macho bufón, créame, si lo estuviera no haría esta pregunta. Fácilmente le pueden dar gato por liebre, el macho común es de por si bastante mentiroso y manipulador (machista, inseguro, competitivo, puedo seguir horas, no crean), y como ya hemos dicho, el macho bufón no sabe mentir... Así que en una carrera entre ambos, por cojo perdería el bufón. Un dato histórico / etnológico (y no, señorita, la etnología no es esa ciencia patafísica de catar vinos): a los madrileños se les llama gatos, pues, antiguamente, la ciudad estaba amurallada (como habrán podido comprobar todas esas señoritas enganchadas a esa serie de historia ficción llamada “Águila Roja”) y, como parece que la fama de crápulas y canallas nos sigue de antiguo, aquellos que, al caer la noche, se veían con el problemilla de que les habían cerrado las puertas de la ciudad, escalaban los muros para poder regresar a casa (de ahí el apodo de gatos). Este último dato no tiene nada que ver con la pregunta, pero, sinceramente, si después de 10 años estudiando Historia no pudiera aprovechar un ratito para deslumbrar con mis conocimientos, habría estudiado para nada. Pero, tranquilícese, querida amiga, no toda mujer esta preparada para tener un macho bufón en su vida, la mayoría acaban cansándose del producto, huyendo asustadas de él, o devolviéndolo a donde lo encontró para cambiarlo por otro común. Esta comprobado que la relación entre un macho y una hembra bufón es prácticamente imposible, así que lo más normal es que tanto la hembra como el macho bufón busquen machos y hembras comunes para emparejarse formalmente... Dada le escasez de bufones de ambos sexos, tampoco eso nos ayuda adivinar si usted, amigo o amiga, esta con una verdadero o una verdadera hembra bufón... Y si lo esta, seguramente su vida será demasiado interesante como para estar leyendo este panfleto, de todas maneras innecesario en algunos capítulos, pues ya sabrá o habrá notado por usted misma muchas de las características de un miembro de la raza Bufón. Si aún alberga dudas, pregúntese lo siguiente: 1) ¿Su macho la controla con quien y donde sale, que hace, cuales son sus amistades, la ata en corto y es celoso? Usted esta con un macho común. 2) ¿Su macho ha leído más de 2000 libros en los primeros 30 años de su vida? Usted podría estar con un macho bufón o con un eremita sin vida social. 3) ¿Su macho tiene un carácter violento, pierde los estribos con facilidad, busca siempre la bronca, a veces parece un tertuliano de “Sálvame”, y a usted la tiene solo para que cuide la casa y a los niños? Él es un macho común (aunque no sabría decirle de que especie), y usted una hembra que no se que hace que no esta llamando al 091. 4) ¿Usted piensa, él algún día cambiara, porque su macho es tal y como describen la pregunta 1 y 2? Definitivamente, no esta con un macho bufón. 5) ¿Su macho la miente solo para sacar de usted lo que desea, nota que su comportamiento es poco definido y que se apresura en hacer las cosas (haciéndola sospechar que dichas prisas se deben a que de otra forma usted descubriría la mentira que acaba de endosarla), y si todas estas tretas no le surten efecto pierde los estribos de forma irracional e incomprensible? Usted no solo esta con un macho común, si no que debería poner tierra entre él y usted lo antes posible, puede que él sea un seductor de serpientes, pero, ser mejor que se aleje antes de que le ponga a usted la boa al cuello. 6) ¿Su macho es un tipo socialmente aceptado, es decir un tío con éxito que hace de la aparente normalidad su forma de vida, pero, que esconde más muertos en el armario que Rafaella Carrá con alzheimer? Su macho es común y peligroso, un macho bufón podría ser medianamente aceptado socialmente (aunque en la mayoría de los casos a distancia, ya que nadie quiere oír la verdad constantemente), pero nunca sería un tipo normal dentro de los cánones que la sociedad y la cultura proponen. 7) ¿Tu macho es un fanático (fútbol, política, religión, alguna persona pública, alguna ideología, etc,)? No es un macho bufón. El fanatismo es un tipo de pensamiento único carente de la libertad o visión crítica de macho bufón. 8) ¿Tu macho es una mezcla del Dr. House y Groucho Marx? Enhorabuena, puede que tenga un macho bufón en su vida. 9) ¿Si espero lo suficiente, podría convertirse en un macho bufón? Macho bufón se nace, no se hace. Querida amiga, esperamos haber resuelto todas sus dudas... *Capitulo cuatro: ¿Un macho bufón y un macho común tienen la misma calidad sexual? Para el macho bufón predominan tres campos en el sexo, creatividad, ardor, e imaginación. Tres cosas de las que carece el macho común, que confunde el ardor sexual con aquí te pillo aquí te mato. Otro tema es la duración: 10 segundos puede ser una buena marca en un prueba de velocidad, pero, desde luego no de duración de un acto sexual... En una eres todo un campeón, en la otra eres el campeón de los capullos. Este problema no se ha encontrado en el macho bufón, aunque si en un gran porcentaje de machos comunes. ¿Cómo funcionarían un macho y una hembra bufón en la cama? ¿La reventarían? ¿Funcionarían bien? Debido a que aún se desconoce lo que ocurriría en el caso en que dos individuos de especie bufón, macho y hembra, se relacionaran íntimamente, si que podríamos vernos tentados a investigar en este campo ¿Seria toda una experiencia increíble? Quizá. Aunque, es evidente que tanto el bajo porcentaje de miembros de esta especie, y aquello de que los polos iguales se repelen, se va más que difícil esta prueba. Pero esto nos desvía de nuestra pregunta: ¿Las diferencias entre la calidad del macho común y el bufón en el sexo? Orgánicamente, al ser ambos humanos, son idénticos. Pueden existir pequeñas diferencias anatómicas (ningún individuo, sea de la raza que sea, es igual a otro), pero estos son aspectos que en nada sirven para diferenciar a un macho del otro, y escapan a nuestro cometido: solo nos interesa el como se desenvuelven o afrontan el acto sexual. Sin entrar en generalizaciones con el macho común, un gran porcentaje, bien sea por educación o creencias, del machos comunes ven el sexo bien como modo de divertirse ellos (olvidando a la hembra que tienen debajo, encima, de lado, bocabajo, echa un ovillo, o formando un uróboros... Créanme, he leído el kamasutra, quizá muchos machos comunes no) o para procrear (por lo que no habrá sexo hasta después del matrimonio, estos machos comunes o no existen o son en realidad gays reprimidos)... Bien, el macho bufón no cree en un sexo solo para la procreación y desde luego no se olvida nunca de que allí juegan dos. Así que, si bien existirá algún macho común que se preocupe por el disfrute de su pareja en la cama (ya hemos dicho que el que solo cree en un carácter de procreación del sexo es prácticamente un personaje ficticio o un gay reprimido), en el macho bufón esto es una ley general que nunca debe romper. Sino me creen, pregúntenle a cualquier mujer que ya disponga de un mucho bufón en su vida, les dirá que cada sesión de cama la renueva las pilas y la quita años de edad... Mucho mejor que la baba de caracol, que al fin y al cabo sigue siento, también esperma. Así que, querida amiga, esperando haber respondido a su pregunta, el macho bufón siempre tendrá mejor calidad en la cama que un macho común... A no ser que el macho común haya tomado viagra, por lo que: no sería fair play, según que edad se estaría jugando la vida, y, acepten un consejo, el priapismo no es un paraíso para nadie (además de provocar gangrena; claro que si, después de haber follado, quieren hacer como Van Gogh y ofrecerle su miembro amputado a su pareja o amante, es su decisión... Yo no se lo recomiendo, a saber que hará ella después con él). Aún así, tomando viagra o sin ella, sino se tiene creatividad e imaginación, no hay calidad por mucha cantidad de butifarra que pongamos. *Capitulo cinco: Toda especie en este mundo es amenazada por otra... ¿Y la del bufón? ¿Tendrá alguna especie que ponga en peligro su vida terrenal? Volvemos a recordar que el macho bufón es una raza dentro de la especie humana, igual que el fox terrier es una raza dentro de la especie de los canidos y Fraga era en si una raza dentro de la especie jurasica. Así que, aclarado esto, todo enemigo de la especie humana pone en peligro al macho bufón... La pregunta más acertada sería que razas dentro de la especie humana ponen en peligro su vida terrenal, en ocasiones su cordura. 1) Los Cartesianos: Individuos grises carentes de imaginación, pues su credo les insta a considerarla una perdida de tiempo. Se pasaran toda la vida diciendo que todo en el universo tiene una explicación matemática y científica, incluso algo tan abstracto como el amor y el deseo. Odiaran al bufón por hacer demasiadas preguntas que ellos no pueden contestar y por que considera irrelevante, y digno de burla, su credo basado en lo concreto. 2) Los Progresistas: Llamados por el bufón, macho y hembra, hiprogritas, el ideario progre es una especie de disfraz de la moralidad cristiana que pretende imponer la dictadura de lo políticamente correcto. Todo esto de puertas hacia fuera, en la intimidad seguirán siendo igual de conservadores y acomodados que el resto de machos y hembras comunes. Dentro de los borregos el progre es el que más destaca por su imbecilidad supina. 3) Los Conservadores: Raza aburrida y aburguesada que en muchas ocasiones estaría mejor hamburguesada, solo traen represión y aunque también se disfrazan dentro de la dictadura de lo políticamente correcto, realizan su propia versión represiva de esto. Muebles carcomidos y aburridos, de los de con el mazo dando y en mis replicando. Su existencia, como la de los progesistas y los cartesianos, es deseada como efímera por el bufón. Los conservadores y los progresistas, a su vez, desean la extinción del bufón porque no se adapta a ninguna de sus limitadas ideologías, no lo entienden, y lo que no entienden lo destruyen. En resumen, el carácter inconcreto, libertario, emocional, y contradictorio del bufón, hembra y macho, le convierte en una raza poco apreciada por las razas imperantes dentro de la especie humana... Algo que hace que peligre en gran medida su existencia, aunque, si los bufones se organizaran frente a la política del miedo impuesta por las otras razas, de seguro que estas se echarían a temblar... si es que no lo hacen ya: solo se destruye lo que se teme, y solo se teme a lo que no se entiende. *Capitulo seis: ¿EN QUE MOMENTO UN BUFON SE DA CUENTA QUE LO ES? Buena pregunta, como ya dijimos en su momento, el bufón nace, no se hace. Podemos tener la duda de que, como algunas enfermedades mentales, los que las padecen no sea conscientes de tenerlas: hay un dicho que reza que loco es aquel que es él ultimo en enterarse de su locura; ¿A un bufón, macho y hembra les podría pasar los mismo? Para responder a esta cuestión, regresemos a los tiempos del instituto ¿Todos hemos ido a uno, no? Bien, en el instituto hay varias, llamémosle castas: los populares o guays, los empollones, los freakys (Goth, heavys, rappers, etc), y los payasos de clase ¿No? Bien. Normalmente el payaso de clase es un bufón en potencia, es decir, podría serlo si reuniera unas cualidades: no solo debe ser experto en payasadas, sino que esas payasadas deben ser ingeniosas, y él debe ser un personaje excéntrico, aunque no vulgar ¿Me seguís? En este caso, no hablamos del simple payaso de clase que hace gracias para entorpecer las clases... A no ser que dichas clases merezcan ser entorpecidas, claro. El tema es que el que entorpece por entorpecer, no es un bufón es un descerebrado algo cansino. El bufón se diferencia del payaso en que su humor es algo más sofisticado, quizá busque el aplauso del populacho (compañeros de clase) pero también buscara demostrar los errores de los profesores cuando estos merezcan sus chanzas. Evidentemente, pues, el bufón se sabe en un lugar diferente al de sus compañeros, y sabe que lo que tiene dentro de él le ayudara a sobrevivir a esos difíciles años: ingenio y desvergüenza, además de un ojo critico alimentado por una basta cultura (y cierta curiosidad innata), y un humor ácido e incisivo que no desprecia la escatología cuando lo que busca es provocar al compañero, chico o chica, o docente, hombre o mujer, que ponga en peligro su supervivencia en tal difícil hábitat educativo. Es más una cuestión de que, desde la niñez, han dispuesto de tres características: extroversión, curiosidad, y un ojo critico, además, de ingenio innato; son niños listos, graciosos y despiertos, se mueven en la frontera del resabiado sin ser repelentes. Aunque es probable que sus mayores traten de ahogar la naturaleza del niño, y más en esta época en que se potencia a la masa sobre el individuo, aunque la política del miedo trate de decir lo contrario (subrayando que vivimos en una época de egoísmo e individualidad), a través de los diferentes medios de adoctrinamiento: televisión, prensa, educación, y ambiente familiar insano (familias con ideologías políticas o religiosas extremistas: la iglesia y el partido al que obedezcan ciegamente los padres); el bufón, macho o hembra, se sabe alguien diferente y, tarde o temprano, en una época en que se libere de estos lastres (tome conciencia de lo insano que le rodea) habrá madurado como bufón. En resumen, el bufón lo es desde que nace, y se sabe bufón, pero, como toda criatura viviente llega a su madurez cuando, en un momento indeterminado de su vida, pasa su rito de paso y madura, se hace poseedor de todo su potencial, como macho o hembra bufón. Esa, querida amiga, seria la respuesta a tu pregunta. Creative Commons License
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jueves, 19 de abril de 2012

Gracias por elegirme...

A los Bufones...
A las Bufonesas...
A los Principes...
A Las Princesas...
A los Reyes, Las Reinas y las Reinonas...
... ¡Muchas gracias por elegirme!
Y a los que me ignoraron hasta ahora...
Tíos... Tías...
Vuestra vida ha sido, es, y será, terriblemente aburrida ¿Verdad?
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No somos ni Romeo ni Julieta (7)


Capitulo siete: ... Y colorín colorado, esta bufonada se ha acabado

-Mi pequeño Mordred – dijo Jacqueline, vestida ya con su uniforme de noche, a su gato negro mientras le rascaba debajo del hocico - ¿quieres que te cuente que le paso finalmente al hombre malo?
El gato ronroneó como toda respuesta.
Jacqueline LaFey se había teñido el pelo de un color negro ala de cuervo que hacía aún más cremoso el tono de su piel, cambiar, mutar, era el camino de todo guerrero... Y era la única verdad en el universo: Todo Cambia, Nada Permanece...
-Pues papa y mama le metieron su mazo de polo por el culo mientras el hombre malo leía la nota de despedida de la escultural rubia a la que estaba prometido, por la que había roto su amistad con papa, y que ahora le abandonaba por ser un jodido eunuco maricón.
Al ronronear de nuevo, el gato pareció reírse del destino de Darío Ricardo Pendragón.
-¡Uy! Que perversa es mi cosita – rió Jacqueline mientras acariciaba a su mascota antes de incorporarse para marcharse.
Cuando estaba junto a la puerta se detuvo frente a una foto de Lucas DuLac, acarició el rostro de la foto...
-¿Dónde estas mi Bufón chulo y beio? Tus chicas te echan de menos – luegos e beso la yema de los dedos y las planto sobre la foto -... Vuelve pronto, anda.
Jacqueline abandonó el apartamento con paso sinuoso, al tiempo que pagaba la luz del apartamento...
... Y al cerrar la puerta, el foco de luz que venía del pasillo hizo el mismo efecto de un foco al cerrarse al final de un espectáculo escénico...
¡Y eso es todo amigos!
(Al menos por ahora)
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No somos ni Romeo ni Julieta (6)


Capitulo 6: Como un cohete

Jacqueline LaFey estaba como niña con juguete nuevo, habían empezado robando unos prototipos de armaduras de combate en unos almacenes propiedad de Darío Ricardo, y ahora ella planeaba por los aires con una de ellas...
-Dios, soy un pájaro, soy un avión, soy...
-Una bruja sin escoba – terminó la frase Lucas.
Jacqueline le sacó la lengua.
-Pues yo no veo que tu te pavonees menos – le pinchó, entonces ella – además, ya se sabe lo que dicen de los tíos con armaduras grandes.
-Pues no lo sé, lo cierto es que yo la tengo como un niño de diez años.
-Bueno, eso es un buen signo de modestia... No te pega.
-Imagínate lo que sería que te metieras un niño de diez años por cualquiera de tus orificios, y sabrías lo que es pegar de verdad – rió, él, a carcajadas.
-Ese si es mi Lucas – concedió, ella, con una sonrisa -... Aunque, son tantas veces ya las que me has insinuado tener sexo, que voy a tener que empezar a apuntarlo en mis planes... No sé – la sonrisa picara de Jacqueline desconcertó a Lucas, aquel si que era un golpe que el ingenioso muchacho no se esperaba.
-Ponte a la cola – terció él, negándose a darla la victoria.
.De eso exactamente estamos hablando ¿No? – contestó ella.
Lucas DuLac finalmente hizo el gesto de ondear la bandera blanca.
Entonces ella hizo algo que ninguno de los dos esperaba, se puso a su altura, le agarro del rostro y los beso en la boca.
-Gracias.
-¿Por? – balbuceó él.
-Cuando seas mayor lo sabrás – dijo alborotándole el pelo, y volviendo a ascender.
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No somos ni Romeo ni Julieta (5)


Capitulo cinco: We can be Bouffons, forever and ever.

Beatricce cepillaba su largo cabello dorado, tan largo que, cuando lo soltaba, cubría el suelo a sus pies, mientras miraba por la ventana el partido de polo que su prometido jugaba en los jardines.
Si al menos demostrara el mismo ímpetu en la cama, suspiró la beldad rubia.
Beatricce se miró en el espejo ovalado que tenía sobre el tocador: ¿Acaso no tenia un cuerpo perfecto? ¿Sus piernas no eran lo suficientemente largas y torneados sus muslos? ¿No tenia un vientre plano y liso, y unos pechos redondos firmes, y bien puestos? ¿acaso su rostro no era hermoso? ¿No tenia una boca carnosa y sensual? ¿Su nariz no era respingona y graciosa? ¿Sus ojos no eran bonitos, tan grandes y claros, con aquellas pestañas larguísimas? ¿Acaso el que solo fuera vestida con sus largos cabellos no haría que cualquier hombre se la echara encima? Pues, lo que era “su hombre”, no.

Sentados frente a frente sobre bancos de piedra, Lucas DuLac miraba a Jacqueline LaFey y ella le devolvía la mirada.
-¿Qué nos ha pasado, Lucas? – pregunto ella - ¿Podemos aún reconocernos el uno al otro?
-Yo siempre podré reconocerte a ti, Jackie – contestó él - a la chica insegura que se esconde bajo varia máscaras, y a través de ella seduce y calienta, manipula y alienta, a otros hombres a desearla... Por qué cuando los oye gemir, o alabarla, mientras ella esta en acción, ella se da cuenta de lo preciosa que es de verdad, aunque sea viéndose realmente a través de los ojos de todos aquellos hombres y mujeres perdidos. Cuando nos conocimos tu trataste de seducirme igual que a ellos, pero yo pude ver a esa niña insegura, con poca relación familiar, y ansiosa de atención y cariño... Pero nunca podría juzgarte, yo he actuado igual o peor, y es por eso que entiendo la adrenalina y las demás sensaciones que exponerte de esa forma provocan en tu cuerpo, de golpe eres el centro de atención, el objeto de su deseo y a quien dedican sus secreciones... sí, es adictivo, pero también es autodestructivo – hizo una pausa - ¿En que crees que nos convierte eso?
Jacqueline hizo una pausa, y al rato sonrió.
-En bufones – dijo chasqueando los dedos.
Lucas no pudo evitar romper a reír.
-Cierto – se secó una lagrima – muy cierto, ma cherìe.
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No somos ni Romeo ni Julieta (4)


Capitulo cuatro: Hace un millón de cuentos, en un bosque muy lejano...

-¿Dedón vas Tacirupeca Jarro?
-¿Cómo?
-Dónper – la voz entre la niebla y los árboles carraspeo - ¿Dónde vas Caperucita Roja?
-Así mucho mejor.
-¿Acaso a casa de tu abuelita? – pregunto la voz.
-Pues no.
La noche era fría, y Jacqueline LaFey se había puesto algo bajo el corsé, botas altas, y medias gruesas, además, por encima de la ropa lucía una capa escarlata con capucha para cubrirse la cabeza del frío y la humedad. Entre sus manos portaba una pesada cesta, comprendía la confusión de identidades.
-¿Entonces que llevas en esa cestita? – el dueño de la voz pareció relamerse -... Un pic nic... O quizá una buena guarnición con la que acompañarte.
-Armas para rescatar a una amigo – le contestó Jacqueline.
-Joder, como ha cambiado el cuento – se quejó la voz.

Lucas DuLac estaba esperando sentado frente a la puerta de la casa de aquella bruja.
-Y yo que venía a rescatarte – se quejó Jacqueline al verlo.
Lucas se encogió de hombros.
-Lo siento, esa mujer me dejo hacer una llamada y mi rescate vino como loca antes.
-¿Tu rescate? – pregunto ella desconfiada, quizá algo celosa.
-¿Recuerdas a esa cocinera regordeta que siempre andaba detrás de mi, pregunta que te pregunta? – la dijo Lucas.
-Sí – asintió Jacqueline, aún molesta -... La ninfomanía babosa esa.
Lucas sonrió pícaro.
-Pues vino corriendo a “reunirse conmigo” – en ese momento la salida de humos de la cocina soltó una varada de humos -... Mejor ella que yo ¿No?
Jacqueline abrió mucho sus preciosos ojos claros.
-¿Serás capaz de? – pregunto boquiabierta.
Lucas señalo el humo.
-He sido capaz.- Se encogió de hombros -... La verdad es que la cerdita peggy suplicó mucho cuando supo que era un trampa, pero, a esa mujer insaciable le gusto más el intercambio – y señalándose las partes añadió -... Yo solo tenía una cosa gorda, y cualquier mujer hasta de eso se cansa.
Jacqueline no sabía si reírse o golpearle...
-Eres un caso perdido – dijo, al final - anda, vamos para casa... y, mientras, pensamos que vamos a hacer con Darío Ricardo y su intento de sacarte de acción.
Y cogidos del brazo, se alejaron los dos amigos.
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No somos ni Romeo ni Julieta (3)


Capitulo tres: Por la boca muere el pez y disfruta el bufón

Embutido en unos pantalones de brillante cuero negro, sujetos por dos cinturones, de tachuelas (prácticamente cruzados en su cintura), con una camiseta negra sin mangas, cadenas: una, colgando de su cintura y, la otra, alrededor de su cuello; y, por ultimo detalle, sendas muñequeras de cuero circundadas por brillantes tachuelas, así lucía Lucas DuLac, cuando se adelantó para ponerse frente al enorme pórtico dorado enclavado en la pared lisa de aquella enorme montaña.
Mirando, por encima de su hombro, a sus dos acompañantes, hombres de Darío Ricardo cuya presencia allí era meramente de testigos para su jefe, que permanecían a sus espaldas, les dijo con una amplia sonrisa.
-Mirad.
Los dos de atrás asintieron.
Lucas ya estaba tocando a la puerta: Toc... Toc...
-¿Hay alguien?
La voz, que sonó entonces, hizo temblar la puerta.
-Sí... ¿Quien eres? Si eres testigo de Jehová vete por donde has venido-
-Solo un viajero – respondió Lucas quien, pues no era tonto, sabía bien a donde le enviaban los celos de su, hasta entonces, mejor amigo -... estoy perdido, y hambriento ¿Me dejaría pasar aquí la noche?
La pesada puerta se abrió sola, sumergida, muy cerca, estaba la atractiva dueña de aquella gruta de los misterios, sumergida en su baño de sangre (sangre de sus jóvenes victimas).
-Claro, entra, y, sigue hasta el fondo – dijo la mujer, mirándole de arriba hacia abajo.
Lucas miró hacia donde le indicaban, el destino era claro.
-¿Hasta esa jaula?
-Sí, corazón, aquella tan húmeda y lúgubre.
Lucas se encogió de hombros, y camino hasta el interior de aquella estructura.
-Ya estoy.
La desnuda hechicera le había seguido a poca distancia, y, enseguida le tuvo dentro, cerró la puerta.
-¿Por qué cierra la puerta de la jaula? – simulo inocencia, Lucas - ¿Y, encima, se relame obscenamente, como si yo fuera algo comestible?
-Es obvio.
-¿Obvio? ¿Acaso va a comerme?
-Todito... supongo, es lo que viene en el guión.
-Pero, hermosa, y sanguinolenta, doncella, si aun no comprobó si estoy gordito para eso. ¿Quiere que la enseñe mi dedito, para que lo palpe, y, se asegure? Ande, tome mi dedito y pálpelo - en vez de dedo, Lucas, sacó, entre los barrotes, su miembro viril -... Así, vera usted si estoy para comerme o no.
La doncella antropófaga se quedó boquiabierta ante la osadía de su última victima.
-Muchacho malcriado, ese no es tu dedo.
Lucas no era tonto, ni aquella bruja caníbal miope.
-¿No la gusta lo que ve? Mire que gordo se ha puesto en un momento.
La mujer lo miró con nuevos ojos, y una sonrisa se dibujó en su rostro, mientras pasaba la lengua por sus carnosos labios.
-Ah, pues sí, ves.
-¿No la gustaría probarlo?
-Pues, en verdad, podría lamerlo para ver a que sabe.
-Sírvase usted misma, así sabrá si la carne es de su gusto.
La doncella antropófaga, empezó tocando, tan solo, la puntita con su cálida lengua.
-Mmmmmmmm... Señora, o señorita, es, usted, toda una gourtmet.
-Señorita, por favor... Mmm... Pues, tenías razón, parece buen material... Ahora, que sé el sabor, chupare un poco más... para evaluar la ternura.
Agarrado a los barrotes, Lucas movía las caderas de adelante hacia atrás...
-Me alegro la guste... Mmmmmmm...
-Si no te importa, primero probare la cabecita.
Se introdujo en la boca el hinchado glande...
-Esa es la mejor parte, es tierna y cálida, y, bastante jugosa.
... Al tiempo que pasaba la lengua por el tronco, para, de nuevo, volver a engullir el glande.
-Mmmmmmm – continuó, Lucas, cada vez más contento con su castigo, pero, aún así era un castigo y debía pensar algo para ganar tiempo... a su siamés calvo y tuerto y a él aún debían quedarle algunas aventuras, no podían separarse todavía, sería injusto para muchas doncellas -... ¿No ira a comérmela cruda? Si no la importan las sugerencias, se la recomiendo con un poco de nata o sirope de chocolate.
-¿Por? ¿No le encuentro mal sabor?
-¿A usted la sabe bien?
-Supongo, no acostumbro a probar la comida aún viva antes de comérmela.
-Pues, entonces, nada que hablar, todo al gusto del cliente... ¿Quiere plato, cuchillo y tenedor, para disfrutarla mejor? No será porque no se lo pongo fácil.
La mujer solo lo pensó un instante. Negó con la cabeza, y contestó a su prisionero:
-Es mejor cogerlo con las manos... Lamerlo... Chupárlo... Morderlo...
Y a cada nominación le había seguido la acción.
-Como quiera, he de confesarla que también a mi me gusta más así... Oiga, no la importa que me corra en su boca ¿Verdad?
-Para nada me encantaría, dicen por ahí que el semen tiene muchas proteínas y...
Dicho y hecho.
-¿Pero qué ...? ¿¡ya!?
La bella bruja se retiró con la boca llena del semen que no había podido tragar.
-Bueno, señora – contestó divertido, Lucas -, ya tiene la salsa para la comida ¿Qué hará con el resto?
-Me lo comería, pero, ahora, no sé.. me da apuro.
Lucas, despreocupadamente, se tumbo sobre un montón de paja que había en un rincón de la jaula.
-Entonces, déjeme quedarme a dormir aquí en su casa, y mañana seguimos ¿le parece?
-Claro, cielo, claro... tienes razón, las prisas son muy malas para el estomago.
La mujer se retiró a lavarse la cara y los pechos, manchados por la imprevista descarga de Lucas.
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No somos ni Romeo ni Julieta (2)


Capitulo dos: Princesa busca Consolador

De cinco solitarios había ganado, completado, solo uno... Beatricce desnuda, le miraba melancólica desde su lado de la cama.
-Vamos a por el sexto – anunció él.
-Si tu así lo quieres – suspiro ella, sumisa a sus deseos.
El sexto tampoco se culminó...
Beatricce, triste Beatricce, estaba al borde de las lagrimas.
-Hazme casito – le suplicó.
-No hay seis sin siete.
-Pero el alba ya despunta – se quejaba la princesa.
Él la sonrió.
-Es el último, lo prometo,
-Esta bien.
Ya casi lo tenía... y en el último momento ¡Zas! Se bloqueó...
... Hace trampas, o cree que la engaña, la séptima ya era la octava.
Y la octava también fracasó, ella comenzó a hablar, quizá para fastidiarle intentando desconcentrarle.
Furioso comienza la novena...
... Y a la novena va la vencida.
-¡Ya está!
-¿¡Como que ya esta!? – exclama insatisfecha.
El heredero multimillonario Darío Ricardo Pendragón, y su prometida no es que se compenetraran muy bien en la intimidad del lecho... Ya me entendéis.

Lucas DuLac dormía en la habitación de al lado a la de la pareja, cada noche era testigo auditivo de los múltiples fracasos de su mejor amigo en el lecho. Ambos muchachos se conocían desde niños y solo se habían separado cuando, a instancias de su padre que pensó que así le haría más hombre, Darío Ricardo inició la carrera militar, Lucas, por su parte, inició la del galgo: correr detrás de todo conejo que se le cruzara por delante.
Beatricce entró en la habitación del mejor amigo de su prometido, buscando consejo, quizá algo de consuelo.
-Darío Ricardo no me come, Lucas – se quejó lastimera la princesa.
-Dale vitaminas – respondió Lucas, tratando de no mirar directamente a la bella muchacha, que consideraba que el mejor tejido para vestir su impresionante cuerpo eran sus largos y sedosos cabellos.
-Traté con Viagra, y me volvió a romper el corazón – añadió la melancólica ninfa.
-Sí, lo pone en el prospecto: no utilizar si se tiene problemas coronarios o de nala circulación – dijo, Lucas, sudando por su deseo de mirarla, pero considerando que de hacerlo para su amigo sería una traición -... Quizá, por eso, tampoco, alarguéis mucho el viaje en trenecito.
-¿Será que ya no le gusto? – pregunto, mientras trataba de ponerse en el campo visual de Lucas, para no sentirse tan ignorada.
Lucas abrió los ojos como platos ¿Cómo un ángel como Beatricce podía plantease tan siquiera que podía no ser atractiva a cualquier ser con sangre en las venas? ¿Acaso no tenía por toda la casa espejos que la devolvieran su imagen, perdidamente, a pesar de ser objetos inanimados, enamorados de ella?
Mirando al suelo y cerrando los ojos, para que fuera imposible que ella se le mostrara en todo su desnudo esplendor, Lucas la contestó.
-Paparruchas.
Y la conversación hubiera ido a más, o, quizá, la insistencia de Beatricce porque él la mirara mientras hablaban, le hubiera empujado a ir a más con ella, de no ser porque, Darío Ricardo entro en ese momento en la habitación.
Por un momento hubo silencio, el rico heredero confundió el rubor de su prometida, por ser descubierta mientras desvelaba la intimidad de ambos dos, por la sorpresa de haber sido pillada en traicionera intimidad con aquel bufón al que una vez llamó amigo, incluso hermano.
-¡Sal! – la ordenó, conteniéndose por no hacer mayor numerito.
Sumisa y obediente, Beatricce abandonó en silencio la habitación.
Darío Ricardo y Lucas quedaron dentro, de seguro que el joven y rico heredero iba a exigir venganza o gratificación por una traición que solo existía en su mente... y de seguro, que aunque Lucas se lo explicó, el siempre orgulloso Rockefeller solo vió y escucho lo que ego herido le dictó.

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No somos ni Romeo ni Julieta (1)


Capitulo uno: Por ti invadiría Polonia

Jacqueline LaFey con su metro sesenta y tres centímetros, con aquel rostro dulce y de ojos grandes, claros y juguetones, era la última chica a la que imaginarias tratando de meterte el miedo en el cuerpo... Eso era una ventaja para ella.
Durante toda su vida se había cuidado de vicios y excesos, aunque no por ello era una chica aburrida... Todo tenía su razón de ser.
Y la explicación a todo esto llegaba al caer el sol, cuando aquella estudiante de instituto, pizpireta y divertida, se calzaba el corsé, el gorro puntiagudo, y los leotardos a rayas (a juego con los mitones) que sujetaba al corsé con ligueros. Entonces Jacqueline dejaba paso a su alter ego: la Bruja.
Aquel ser nocturno si que daba miedo, las supersticiones calan hondo en el alma humana y ella lo sabía...
-Hay dos formas de hacer esto – la noche era fría, así que llevaba un poncho blanco (quizá demasiado grande, viendo que la resbalaba por los hombros) sobre el corsé -, la fácil o la difícil.
Jacqueline había practicado con la iluminación y la gestualidad, en esos momentos el hombre al que trataba de aterrar creía estar delante de una mujer con ojos de gato: luminiscentes en la oscuridad.
-No se quien eres o lo que quieres, pero...
No llegó a completar la frase, la puntera de los zapatos de Jacqueline se clavó en su barbilla... la dentadura se hundió en la carne de la lengua, estaría un buen rato sin hablar.
-Creo que elegiste la opción difícil, una pena – se burlo ella.
Otro puntapié, y el hombre, que había caído de rodillas, quedó inconsciente.
Jacqueline cogió el dinero del bolsillo del dormilón, y se marchó...
... Otra noche de trabajo, y otro cliente satisfecho.

Día siguiente, en una habitación cualquiera... Jacqueline y una amigo escuchan “Carmina Burana”...
-Me están entrando gañas de invadir Polonia – exclama el chico, emocionado con el “O Fortuna”
-¡Uy! Yo tengo una muy poblada “Polonia” – exclama ella.
Aclarar, solo eran amigos.
Él se quedó con los ojos como platos, ella se sonrojó.
-¡Ñam! ¡Ñam! – dijo él.
-¡Ñam! ¡Ñam! – respondió ella -... Creo que me contagiaste la temperatura.
-Sí, es que yo siempre estoy a alta temperatura – contraatacó el amigo.
Las gafas del chico se ahuman en instantes, mientras una sonrisa de bufón satiro cruza su rostro.
Él se llama Lucas DuLac, y este es el deporte nacional de los dos.
Creedme, entrenan cada día para ser los mejores.
-Ya somos dos – sonrió Jacqueline -... solo que yo me aguanto.
-Será que ahora te vas a cortar conmigo – sonrió, alzando las cejas, Lucas.
Ella rió, roja como un tomate.
-Son raras las ocasiones en que no puedo controlarme.
-Yo al revés, son raras aquellas en que puedo – devolvió la pelota, Lucas.
-Entonces a mi me tocan todas esas.
-¿Cuáles?
-Las ocasiones en las que te controlas – respondió ella, haciendo un mohín de decepción.
La sonrisa regresó al rostro de Lucas, quien sin moverse del sitio, ya parecía cubrir a su amiga.
-¿Tu crées?
Jacqueline asintió.
Lucas hizo como que pensaba y contestó:
-¿Y que podría hacer yo para demostrarte que te equivocas?
Al ver la mirada de su amigo, Jacqueline sintió miedo... Quiso retroceder.
-Esto... No sé.
Jugueteando con su cinturón, la mirada de Lucas era inequívoca.
-¿Quieres que nos igualemos?
Un día, tiempo atrás, Jacqueline había tratado de ver los limites de su amigo comportándose como una gatita mimosa, tratándole de seducir... Él se había puesto rojo como un tomate, pero el respeto ganó en aquella ocasión.
Ahora era ella la que, como él en aquella ocasión, tartamudeaba y se ponía como la señal de stop de un semáforo...
-Esto... Mmmmm... Jijijijiji...
-¿Eso es un sí o un no? – tiró él, un poco más de la cuerda.
-¿Como iba a pedirte eso? Eres mi mejor amigo – dijo ella riéndose.
-Pues, puedes hacerlo pidiéndolo por favor, o de rodillas, o simplemente pidiéndolo.
Ella rompió en carcajadas.
-¡Payaso!
-Ingenioso – corrigió él -. Lascivamente ingenioso – y llevándose la mano a la cintura, como un héroe de capa y espada -... Soy de verbo afilada – y mirándola con picardía, remató -, y lengua juguetona.
-No tienes ni que jurarlo – decía ella, retorciéndose de risa.
-¿Acaso desea milady que mi lengua juegue con su conejito? – dijo él con voz fingidamente afectada.
Jacqueline se retorcía en el suelo, entre hipidos con la boca y los ojos bien abiertos pues aquello ya la superaba... Tendría que sacar la bandera blanca, y declarar a Lucas ganador de la justa.
-Oiga, caballero, que yo soy de pensamiento e ideas puras.
-Es una pena, yo soy de pensamiento e ideas locas.
-Quizá yo sea de amabas – contestó ella, sin darse cuenta de su lapsus lingüístico.
Él si lo hizo, y lo aprovecho para seguir aguijoneando.
-Oye, tanto como amar... Eso ya tendríamos que hablarlo... Invitarme a cenar, comprarme flores, pedirle la mano a mis padres, etc...
-¿Amar? ¿Quién hablo de...? – pero enseguida se dio cuenta, y volvió a reír, al darse cuenta de su torpeza... cediendo a su rival un buen punto donde lanzar el estoque -... Sí, tendré que conquistarte, comprarte flores. Chocolate, invitarte a cenar...
-O ofrecerte para cenar – incluyó, él, en medio.
-... Hacerte la cena.
-Nada, la cena la preparo yo, tú ya haces suficiente poniendo la carne.
Las risas se turnaban con las ingeniosas estocadas dialécticas.
Cuando las risas se fueron apagando, y ellos seguían a la misma distancia de seguridad, Lucas preguntó:
-¿Ya sacaste la bandera blanca?
Jacqueline rió, y, asintiendo, contestó.
-Algo así.
-Porque yo puedo estar horas dándote la replica.
Ella le dedicó su sonrisa más dulce.
-No tienes que jurarlo.

Dicen que el cuélebre habla tan solo en inglés
pero está yendo aprender para hablar del revés
y no entederse con nadie ni en chino ni en bable
sobran las palabras
que las palabras se enredan
y forman oscuras las buenas ideas
dicen que el cuélebre habla tan solo en inglés.


-Canción divertida – presentó Lucas, el tema de Victor Manuel que, en esos momentos, llenó la habitación.

Dicen las lenguas que el cuélebre fue un travestí
pero el repite a la gente me hicieron así
puedo ladrar como un perro, nadar como un pez
o volar como un cuervo
me gusta andar los caminos calzando madreñas
tras de las mujeres
dicen las lenguas que el cuélebre fue un travestí


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viernes, 13 de abril de 2012

Querida tía Petunia...


Querida tía Petunia:
Aquí en casa las cosas van igual, los dragones siguen fumando marihuana y hemos vuelto a perder un sirviente, aunque esta vez también desapareció la cubertería de plata que nos regalaste y el juego de palos de golf del abuelo. Quizá deberíamos haber revisado sus referencias con más atención, pero, a mi entender, una residencia en Alcalá Meco era suficiente recomendación.
Pero, no quisiera aburrirte con malas noticias, lo cierto es que, tal y como nos recomendaste, la vida en el campo es de lo más saludable... Magdalena solo va por el tercer catarro este mes, y tengo a los fontaneros trabajando a fondo debido a algunos problemilla (nada importante) con la calefacción y el agua caliente. Nada importante, de verdad, querida tía, no has de preocuparte. La vida en el campo es, de todos modos, idílica, el medico llegó ayer después de que le avisáramos el miércoles pasado. No has de temer nada, dice que la neumonía de la pequeña Ángela remitirá. Estabas en lo cierto al decirnos que tan alejados del barullo de la ciudad estaríamos más tranquilos, aunque quizá tarde algo en acostumbrarme a los aullidos de los lobos en las noches de invierno y a los adorables ruiditos de los grillos en las de verano... Nadie se ha muerto por no dormir ¿Verdad?
Una buena noticia, Magdalena vuelve a estar embarazada. Es algo que nos llena de felicidad. Debo haber heredado la puntería del abuelo, pues entre mis trabajos en la casa y las excursiones de mi buena esposa a la ciudad, para curarse los enfriamientos, apenas hemos dormido juntos en estos meses. Hablando de mi orgullosa progenie, te gustara saber que mi adorado benjamín, Miguel, sigue luciendo un moreno envidiable (cosa curiosa en una familia tan blanca como la nuestra, aunque Magdalena no para de repetirme que eso es parte de los misterios de la genética) incluso en este invierno tan duro y sin apenas días de sol. Seguro que pronto será más alto que su padre.
Otra novedad, acabamos de adoptar un perro... No muy grande, por eso de que tenemos niños pequeños. Lo cierto es que tener otro macho en casa no es tan bonito como se cree ¿A quien engaño? Le envidio, tarde siglos en convencer a Magdalena de que el semen venía bien para la irritación de garganta, y él puede hacérselo solo... ¡y puede pasarse así horas! Desde luego que los fox terrier son perros inteligentes.
Perdona, tía Petunia, este momento de ingrata debilidad... En realidad todos somos muy felices... aunque, ese perro aún más ...
Quizá sea que tanta tranquilidad empieza a afectarme, anoche, antes de acostarme, calenté el reloj y di cuerda al agua... Aún estamos recogiendo piezas del reloj por la cocina, bueno, las recojo yo... Magdalena paso la noche haciendo sus maletas, hoy se marcha a la ciudad a curarse del último de sus enfriamientos. A ver cuando arreglan la caldera y mi palomita deja de emigrar.
De todos modos, durante su ausencia, me mantendré ocupado, ya sea con los pequeños, Miguel y Ángela, o con tus dragones fumadores... Aunque estos últimos no es que den mucha conversación, el otro día, sin ir más lejos, me acerque a ellos y uno, señalándome con el dedo, grito: ¡Joder, esta mierda si que es buena, veo humanos!... Joer (te pido disculpas, querida tía), como si ver dragones fuera lo más normal del mundo.
Estamos empezando una nueva vida gracias a ti, mi querida tía Petunia. De no ser por tu inesperado accidente (quien iba a pensar que eras coulrofobica, de haberlo sabido hubiera convencido a Magdalena para que no te llevara a esa convención de payasos), aún seguiríamos viviendo en esa barraca, y yo escuchando a mi esposa quejarse... ¿Sabes? Siempre fuiste mi tía favorita.
Te quiere y te añora: tu sobrino.
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martes, 10 de abril de 2012

Los niños buenos van al cielo, los malos al Coco


Los dos gemelos correteaban sin control por la calle, nerviosos, hiperactivos... Sobre todo el chico. Su hermana simplemente trataba de seguirle. Marcelo siempre había sido el trato de los dos, Ines tenía visos de ser más asentada, aunque, solo un poco más de lo que era su hermano.
Sin darse cuenta se iban alejando y alejando, gritando y sin respetar a los viandantes con los que se cruzaban y les maldecían... alguien debió escuchar una de las maldiciones porque aquella mujer los atrapó al vuelo, la misma mujer que minutos antes sobrepasara el chico.
-¿A que no me coges, Ines? – vociferaba Miguel cuando la lano de la mujer se cerro sobre su hombro - ¿quién es usted?
La mujer que aparentaba unos treinta años, y tenía el pelo rubio ceniza como los dos gemelos y ojos de gata, le sonrió con dulzura.
-Una amiga de la infancia – contestó la mujer.
En ese momento, Ines giraba la esquina, y con su mano libre, la mujer la cazó.
-¿Dónde vais tan corriendo, ratoncitos?
-A usted no le importa – le contestó Miguel, y la lanzó una patada a la espinilla.
Sin dejar de sonreír la mujer esquivo la patada y de un tirón arrastró a los dos hermanos tras una puerta que permanecía abierta. Precipitados a las oscuridad que se abría tras ella, cuna boca de lobo, dieron con sus huesos en el cemento.
-Que poco pesan, corderitos – dijo la mujer cerrando la puerta al entrar, y sumiendo en ya total oscuridad al interior de aquel lugar -... Y que fácil fue capturarlos.
-Si no nos suelta gritaremos – dijo Ines, y enseguida se puso a ello - ¡Socorro! ¡Quieren secuestrarnos! ¡Socorro!
-Grita y grita hasta desgañitarte – le dijo con total calma la mujer -, aquí nadie puede escuchar vuestros insufribles berridos.
-Quien es usted y que quiere de nosotros – dijo Miguel, lanzando patadas y puñetazos a la oscuridad.
-Ah, eso... Es fácil, podéis llamarme Alicia, y mi misión es llevarme a los niños malos, traviesos y molestos – la voz de la mujer les rodeaba, y cada vez la sentían más cerca -... Tiernos gritones y trastos, sabrosos maleducados y contestones...
De golpe los hermanos, sintieron una mano que se cerraba alrededor de sus piernas, los derribaba, para arrastrarlos aún más adentro de aquella oscuridad...
Los gemelos gritaron y gritaron...
-Debisteis ser más obedientes, escuchar y respetar a vuestros mayores, ahora no hay marcha atrás... No gastéis fuerzas ni destrocéis vuestras gargantas, ya nadie en vuestro auxilio va a acudir.
Ni siquiera entonces la escucharon, y siguieron revolviéndose y gritando, mientras eran arrastrados durante metros, kilómetros... Aquella estancia no parecía tener fin. Finalmente, agotados, perdieron la conciencia.

Cuando Miguel e Inés despertaron se encontraron presos en una jaula que colgaba del techo, pero lo que más les aterro no fue eso, sino los ojos, que brillaban como ascuas anaranjadas, de la mujer que les había capturado y, que, ahora, apoyada en un muro de hormigón cuya única decoración era un grotesco cuadro, los observaba ladeando la cabeza, como un depredador evaluando a su presa.
-Estáis en los huesos y así no me servís de nada – la voz de la mujer surgió sin que ella siquiera moviera los labios -... Ahí encerrados, sin poderos mover, y bien atiborrados de comida, en una semana, quizá, estéis lo suficientemente gordos para lo que os tengo planeado.
Inés rompió a llorar aterrada.
La mujer se relamió.
-Deliciosas lagrimas de niño... Vuestro miedo y desesperación, también es mi alimento.
-¡Callate, puta! ¿¡no ves que la estas asustando!? – increpó Miguel a la mujer.
En una fracción de segundos, incapaz de que los ojos de los críos lo percibieran, la mujer se movió y apresando del enclenque brazo a Miguel, lo aplasto contra los barrotes.
-Contigo empezare – la lengua de la mujer se paseo por la mejilla del niño -... Tu serás el primero en experimentar lo que os tengo preparado.
-Suéltame, bruja loca – le increpó Miguel -... y déjanos salir de aquí.
-Porque tanta prisa, cuando estén listos saldrán de entre estos barrotes.
Los días pasaban y el valor de los dos hermanos se marchaba con él, ya no eran tan impetuosos, alborotadores, ni traviesos... El miedo había apagado sus pequeñas almas, y la incertidumbre paralizado sus cuerpecitos.
Cada tres horas, durante todo el día, aparecían dos platos de comida dentro de la jaula. Ellos al principio se negaron a probar bocado, pero como el valor ahí tambien acabó flaqueándoles su orgullo infantil, o simplemente fuera el hambre y lo apetitosas que se veían las viandas, y comían hasta dejarlos limpios...
... Lo limitado de sus movimientos y aquellas 8 comidas diarias enseguida incidieron en el cuerpo de cada uno de ellos... De delgadas raspas habían pasado a rechonchos chanchitos...
-Que gorditos estáis, mis pequeños terromotos – decía la siniestra mujer, mientras entre los barrotes, les extendía, por turnos, una extraña pasta aceitosa. Ritual que desde ahcia una semana que había comenzado - ¿No oís el reloj? La hora esta ya cerca – y agarrando a Miguel por los cachetes, le dijo con voz terrorífica -... Y como te prometí, a ti te llegara el primero.
En cuanto la mujer se marchaba, los dos hermanos se abrazaban con fuerza y lloraban desconsolados uno en el hombro del otro.
Un día, les despertó el cerrojo de la jaula... y esa mañana, además de los restos de la última comida, la mujer introdujo a Miguel en un saco. Ines no pudo hacer nada por impedirlo, y se quedo ahí sola, abrazándose así misma, y llorando sin consuelo.
Miguel estuvo dentro del saco largo rato, siento como era transportado a pulso por aquella mujer. Finalmente se detuvo, y con un movimiento brusco, Miguel salió de aquel saco.
-Aquí esta mi señor, el primer rico lechón - dijo la mujer, abrazándose, completamente desnuda, a un gigante de piel cetrina, barba y cabellos descuidados, e idéntica situación en cuanto a la ausencia de ropajes.
-¿A qué esperas, mujer? El fuego esta encendido, y el asador montado; hunde en su tierno ano el espetón y a fuego lento lo asamos – la voz del hombre retumbaba por las paredes de la caverna, pues cavernosa y profunda era.
-No, eso, no – suplicó Miguel -... No me coman por favor.
-Y es tarde diabillo – dijo la mujer, recogiendo lo que parecía una lanza olímpica del suelo, y dirigiéndose hacía el inmóvil Miguel -... ¿Cuántas veces no te dijo tu madre, que si no eras bueno el Coco vendría para llevarte lejos y comerte? – la mujer separo las piernas de Miguel y colocó la punta en la entrada de ano, mientras lo mantenía tumbada recto y boca arriba -... Pues el Coco ya se te llevo, y ahora – El hombre se convirtió en humo y ese humo fue inhalado por la mujer, para que ambos, como había sido por milenios, fueran solo uno -... Va comerte – la voz que escucho Miguel detuvo su pequeño corazón.
Muerto, fue puesto sobre el fuego, donde, vuelta tras vuelta, se fue dorando y asando...
-La niña será la siguiente – anunció aquella cosa mientras la oscuridad se tragaba la caverna.
Por su parte, Inés lloro y lloro hasta que se le acabaron las lagrimas, la sed secó su garganta y la tristeza vació su estomago... Cuando llegó la siguiente comida, ni siquiera lloro al ver solo un plato sobre el suelo de la jaula, faltaba el de Miguel, y como zombie se comió el contenido...
Y al rito diario de embadurnarla con aquella pasta, se le unieron 3 baños diarios, mañana, mediodía y noche, en una enorme tinaja llena de un agua cálida y aromatizada... En ella Inés debía permanecer sumergida durante una hora, y luego la mujer la devolvía a la jaula...
-¿Donde se llevo a mi hermanito? – tuvo el valor, al fin un día, de preguntarle a la mujer.
Cogiéndola uno de sus rechonchos bracitos, la mujer la hizo tocarla la barriga.
-Esta aquí dentro, donde tu pronto te reunirás con él – le contestó la mujer, relamiéndose.
Y por primera vez, tras días sin poder hacerlo, Inés lloro aterrada por lo que el destino le tenia impuesto.
Cada día más gordita, perfumada y con la piel más suave y tierna, Inés se sabía próxima al estomago de aquella mujer... quien no se cortaba en leer, delante de ella, su “Recetario para cocinar niñas malas”
-Pandero a la mandarina... Cortar las nalgas de una muchachita bien rolliza y sonrosada, y bañarlas en jugo de mandarina durante una o dos horas, después meter al horno a 300º media hora, y disponer en bandeja de plata con patatas panaderas y gajos de la misma fruta.
o...
-Brocheta de mofletes... separa con cuchillo de filo fino, los dos mofletes de la nena, una vez se encuentren bien redondos y sonrosados por el proceso de cebado. Pinchar ambos en brocheta acompañados por gajos de manzana dulce y bañarlos, mientras se cocinan al fuego lento, con un chorro de almíbar – y pellizcándola las mejillas, relamiéndose, la decía – esta estoy deseando probarla contigo.
A estos nuevos rituales unió, aquella mujer, la tortura y la incertidumbre de pesarla y medirla cada 12 horas... Y a cada fin de aquel ritual, en los ojos de la mujer, la niña, podía leer que aquel podría ser su último momento con vida...
... Pero pasaban los días sin que lo peor no ocurriera, y aquello también podía con los nervios de la niña...
Una mañana, Inés encontró la puerta de la jaula abierta y ningún plato en el suelo de esta ¿Sería una trampa? Inés estuvo dos horas decidiendo si salía de la jaula o no, la ausencia de ruidos u otro vestigio de la mujer la decidió a salir.
Con pasos inseguros, los pies descalzos y sin prenda alguna que cubriera su cuerpo a las puertas de la adolescencia, recorrió la estancia, segura de que la mujer la saltaría encima en cualquier momento.
Entonces vio la puerta entreabierta... Aquella puerta no estaba ahí antes ¿O sí? Inés asomó su cabecita y vio que daba a la calle...
... sin pensarlo un segundo corrió como alma que lleva el diablo, pidiendo ayuda a los transeúntes con los que se cruzaba... Y cuando al fin convenció a uno, y volvieron a donde estaba la puerta... Ahí solo había una pared.
Inés volvió con sus padres, quienes la esperaban con lagrimas en los ojos habiéndola ya dado por perdida después de todas aquellas semanas... Lloraron juntos la muerte de Miguel, aunque nunca nadie creyó al versión de Inés...
Inés siempre se preguntaría dos cosas: ¿Quién era esa extraña mujer? ¿Y porque la había dejado escapar?

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Los Comediantes 4


Ángela, tan hermosa y curvilínea, venus de piel oscura de rasgos que llaman al morbo más depravado, abandonaba otra fiesta más de aquella a las que, como miembro del casi extinto, ella y Karen aún quedaban vivas. Pero, aún poderoso e influyente Clan Morrigan, se veía obligada a acudir.
Alguien había colado una foto en su bolso. Cuando ya nadie la veía, la saco para observarla: Eran Hansel y Gretel junto a la bruja, quien los abrazaba desde atrás, mientras, los tres miraban a la cámara. Seguramente, en esos momentos, los pobres desconocían que aquel era su último banquete, y que, al día siguiente, serían ellos los que ocupan el lugar, sustituyéndolos como la bruja llevaba tiempo esperando (tato tiempo de cebarlos y hacer hambre para poder comérselos a ellos), de todos aquellos manjares sobre la superficie de la mesa... como los ricos lechones, sabrosos y tiernos, en los que la bruja los había ido convirtiendo...

La señorita Muffet
Sentada en un taburete,
Comia su cuajada y suero de leche;
A lo largo de ella vino araña,
Quién se sentó a su lado
Y asustada la señorita Muffet corrió a distancia

-Esto se llama aracnofobia – dijo, Apple, cerrando el libro que tenía sobre sus piernas -, a un asesino puede serle muy útil esa información sobre su victima.
Ángela guardó silencio... Hasta que lo rompió, y con sincera sorpresa preguntó:
-¿Quién eres?
Apple no respondió, solo la entregó un paquete.
-La foto es de Hansel y Gretel cuando llegaron a la casa – dijo la visitante, hablando de la foto que venía con un traje de campesina alemana, un disfraz de Gretel -, ella ya estaba para comérsela, entonces, pero, como veras, a él aún le quedaba bastante para convertirse en un rollizo y seboso joven lechón en el que la bruja lo convertiría antes de comérselos... A esa bruja le encantaba hacer fotos, como veras.
-¿Y el traje? – pregunto curiosa Ángela.
-Para el día en que yo venga a buscarte, ese día quiero que lleves ese traje puesto para mí – y sin más, Apple, se levantó y abandonó el lugar.
Ángela tardo en recuperar la sonrisa tras la marcha de aquella inquietante visitante...
... ¿Porqué debía ir disfrazada de Gretel cuando ella regresara a visitarla? Aquello era surrealista... Pero ¿acaso no lo era que llevara semanas hablando con alguien que decía ser la bruja de la casita de Chocolate?
Aquella noche tendría otra fiesta, para la que ya tenía preparado un ajustadísimo vestido rosa... Repartiría sonrisas y robaría miradas, quizá Paloma volviera a reaparecérsela y podría preguntarla si era real o es que ella se estaba volviendo loca... Un momento ¿Preguntarse aquello, no era de ya, de por si, que estaba loca de atar?
Ángela rió y se fue a poner el vestido...

Ángela acabó olvidando la visita, y un día vio el disfraz de Gretel en su armario y decidió que la iría bien para una fiesta a la que debía ir... Estaba caminando por el pasillo, cuando Apple apareció frente a ella.
-Ha llegado el día... Hace mucho que mi creadora y tu no os encontráis ¿Verdad? – habló la pálida muchacha -... Ella te esta esperando al otro lado.
... Y, sin más, el acero cortó el aire, sin que la sensual Ángela pudiera tener oportunidad siquiera de gritar...

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Los Comediantes 3


El gesto provocador, los senos casi desbordan la camiseta, su lengua sobresale entre unos labios sensuales y una boca abierta que invita a quien esta fotografiando a que haga con ella lo que desee...
... Sin soltar la cámara, ni dejar de hacer fotos, se desnuda para que él la vea... la desee, la acaricie... Quiere que hagan el amor, el mohín de sus carnosos labios le indican que ya esta tardando en hacérselo... Sus pechos son redondos y grandes, casi antinaturales...
-Desnúdate – la dice, mientras él se saca el miembro.
Ella lo toma hambrienta, sus pezones se ponen duros al primer contacto con la suavidad del glande contra sus labios...
... El la tributa una amplia y rápida corrida...
-Ahora jugaremos a algo diferente – la anuncia él, divertido, mientras coge sus bolsa - cierra los ojos, y túmbate de lado en posición fetal.
Ella obedece, y él saca una pareja de estacas de madera, con las que la penetra el ano y el sexo...
... Ella se duerme profundamente, y sueña con una bestia, un demonio, de piel azulada, que la viola en un cementerio.
Mientras, él, seguro de que el hechizo la mantendrá dormida hasta el final, se va de la casa, llevándose de recuerdo, trofeo, la cadena y el crucifijo de ella...
-Ahí te he dejado las sobras – le dice a Apple, cuando se cruza con ella.
Vestida de BlancaNieves, para la ocasión, con manzana podrida, incluida, en una de sus mano, mantiene la cuerda con la que sujeta, como si de perros se tratara, a sietes marionetas con aspecto de zombie (todas tan hambrientos, y ansiosas, de carne humana, que sonríen, con dientes amarillentos y apuntados, como los de los tiburones o las bestias del infierno, al oír la feliz noticia de que un banquete se les promete y acerca), enrollada a su brazo izquierdo.
-Paciencia, mis pequeños viejitos, que habrá para todos – les calma, Apple con gesto de determinación por hacer lo que ha de hacer... Ahora ella era la Muerte en la tierra, cada vida quitada, cada cuerpo que sirviera para saciar el inabarcable apetito de a la Gran Destructora, era un buen día de trabajo más...

Pocos saben que Hansel y Gretel tenían una hermana: Basilia, a la que todos llamaban la Hermosa; la bruja si lo descubrió antes de comérselos, y apuntó el nombre de esta para un próximo menú... Tan ricos le habían sabido los dos, que estuvo incluso dispuesta ella misma a ir a buscarla... Y así se lo ordenó a su casa, la cual, elevándose sobre patas de gallina, fue por el camino que el olfato de su dueña marcaba...

Desnuda y apetecible, profundamente dormida, la deliciosa boca entreabierta, apenas cubierta por una transparente sabana de seda roja, rodeada de rosas, encontraron “Blancanieves” y las Siete hambrientos Marionetas, a la Bella Durmiente...
-Vamos, mis pequeños hombrecitos, es la hora de cenar, la mesa esta lista y la mesa decorada con un centro de rosas – dijo, Apple soltando la cuerda con la que los retenía... Dejándolos libres para disfrutar de aquel hermoso banquete.
-¡Yo me pido muslo!
-¡Yo pechuga!
-¡A mi dejadme una de las nalgas!
-Al final siempre me toca la cabeza!
-¡A mi déjame el otro muslo, y el resto de la pierna!
-¡Alguien trajo la salsa barbacoa, yo quiero sus costillas!
-¡Dame la otra nalga que estos brazos apenas tienen carne que roer, son solo hueso!
Ella se quedo en un aparte, fría, vacía, incapaz siquiera de disfrutar de aquella escena ni para bien, ni para mal...

El traje de Ángela resaltaba cada una de sus curvas, pegándose a su deliciosos cuerpo como una segunda piel de color negro brillante... Tan brillante como su sonrisa, no era de extrañar que todos se quedaran mirándola...
-¿Sabes lo que le paso a Basilia la Hermosa? – Paloma surgió de entre los admiradores, con dos copas en la mano, le dio una a Ángela.
-No.
-Te lo contaré – dijo, Paloma, dando un trago de su copa.
....
Basilia se había independizado, y vivía ya lejos del hogar familiar para cuando sus padres echaron a Hansel y Gretel a la calle... así que ella no supo hasta muy tarde de aquello, y para cuando se entero estos ya estaban en el estomago de la voraz bruja.
Como no sabía de la suerte de sus hermanos, pasó días buscándolos por las calles, hasta que la Bruja la encontró a ella, mientras se tomaba un descanso en un parque.
-Hola, sobrina – la bruja se relamió, no estaba, Basilia, tan rolliza como sus hermanos, pero, prometía ser un buen bocado-
Con una sonrisa ácida, y levantando sus dedo corazón, Basilia respondió a la extraña.
-Lo siento, pero no tengo tías... Así que date la vuelta, no tengo tiempo para tu rollo.
La bruja ni la escucho, solo vio aquel dedo bien gordito, y las carnosas y sonrosadas mejillas, que la ácida sonrisa había remarcado, y pensó en como atraerla a su casa y allí mismo asarla para comérsela.
Decidió ganársela por el encanto.
-Noto que estas triste, los buscas a ellos – dijo señalándolos carteles que tenía, Basilia, a su lado, con las fotos de sus hermanos.
Aquella mujer era la primera persona que mostraba algún interés en el caso, así que su gesto cambio... y comenzó a contarle a la bruja una historia que ella ya conocía, y que, al contrario que la deliciosa Basilia (a la que a cada momento encontraba más apetecible y sonrosada), sabía como fue el final...
El sol pegaba bien fuerte aquella tarde, y ala cercarse más para abrazarla y consolarla, la bruja, noto que Basilia sudaba y aquel olor la incomodo... “No importa”, pensó, “En cuanto al tenga dentro de mi casa, me daré prisa en calentar el baño y lavarla bien, porque me la voy a comer hoy mismo... Con esta no voy a esperar”
-Mi casa tiene patas, y se eleva muy alto – la dijo, la bruja, para convencerla de que se metiera en su casa – desde allí habrá mejor vista ¿Aceptarías mi ayuda?
Basilia dudo un momento, pero, como aquella mujer había mostrado tanto interes por sus hermanos, acepto...
... Un vez dentro, la bruja cerro con cerrojo, e invito a darse un baño, que ella misma ya había preparado: ordenando mentalmente a su casa que pusiera la bañera a llenarse con agua caliente; mientras ella miraba a por la ventana a ver si veía a sus hermanos perdidos...
... Como era de esperar, la bruja en vez de mirar por la ventana, en cuanto tuvo a Basilia dándose un baño, lo que hizo fue coger las ropas de la chica y quemarlas en al estufa... pensaba llevarla, desnuda y bien limpia y perfumada, directamente a la cocina...
... Y tal como fue planeado, ocurrió... Sin darla tiempo a secarse, la bruja arrastro a la sorprendida Basilia hacía la cocina, donde el enorme horno la esperaba con la puerta, como si de la boca de un voraz y llameante dragón se tratara, abierta...
-Túmbate en esta mesa, que pronto te vas a reencontrar con tus sabrosos hermanitos.
Basilia la miro con horror.
-Usted sabe donde están Hansel y Gretel ¿Qué hizo con ellos?
-Claro que lo se, me los comí asaditos – y terminando de asegurarla, a fin de que nos e moviera, a la mesa de madera, y amordazándola con una roja manzana -... Igual que voy a hacer contigo...
Y sin más, la mujer, después de cubrirla con salsa barbacoa, la metió al horno, y se sentó a esperar a que este le anunciara que Basilia estaba ya en su punto para comérsela...
...
-Y eso es lo que paso con la hermanan mayor de Hansel y Gretel, Basilia – terminó de contar, Paloma, al mismo tiempo que se acababa su copa y dejaba de nuevo sola a Ángela para buscar una nueva – discúlpame, querida, enseguida regreso.

Ataviada con un vestido, algo deshilachado, del color amarillo, que destacaba con piel blanquísima, y unos guantes sin dedos del mismo color, hacía guardia, Apple, en compañía de un licántropo, fuera de la fiesta.
-¿Sabes que en el cuento original, la Bella temía que la Bestia la hubiera obligado a ir a su castillo para devorarla... Incluso, cuando esta le hacer servir la comida, la Bella piensa que esta pretendiendo engordarla? – comentó, ella, para romper el silencio.
-Yo me la hubiera comido sin dudarlo, he visto la película de Disney y la serie que hizo Stella Warren... Y ambas Bellas están para comérselas sin pensárselo.
Ella sonrió... Desde luego, aquellas bestias tenían la sensibilidad artística en el estomago.

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lunes, 9 de abril de 2012

Los Comediantes 2


-¿Nadie, nunca se ha preguntado como era Ursula, la bruja mala de “La Sirenita”, cuando era joven? – comentó, Apple, distraída -, quizá era también una hermosa sirena, pero, que al contrario que Ariel, tuvo compañías e influencias muy distintas... Es fácil ser buena si creces en un palacio, eres una princesa, y todos te quieren, adoran, y llenan de regalos... ¿Pero que pasa con una chica guapa si crece en las marismas, donde todo es feo y la compañía es todo menos agradable y bienintencionada? Pienso que fue aquel toque del destino lo que las diferenció... Bueno, y la edad, supongo – rió, recordando que Ursula era ya una mujer madura cuando Ariel va a visitarla.

Ángela Morrigan exhibía una sonrisa vacía mientras caminaba entre aquella marea de gente... La boca carnosa de labios sonrosados, las facciones perfectas y hermosas, la piel tostada y suave como la seda al tacto...
Cuando llego a la casa de la bruja, Gretel era la más rolliza de los dos hermanos, por eso la bruja espero a tenerlos a la par de regordetes y sabrosos... Quería dos jugosos lechones de mejillas llenas y sonrosadas, no solo uno... Aunque la costó bastante no comerse a la golosa Gretel, de carácter tan dulce y tierno como prometía el sabor y textura de su carne...
Paloma había puesto al corriente de aquellos detalles, y de más, a la Reina Roja del extinto Clan Morrigan.

El cuervo graznó las doce.
Cenicienta: Madrastra, Madrastra ¿A las muñecas de trapo, también, se las comen los Dragones?
Madrastra: Claro, Cenicienta, pues, nacen de calabazas fecundadas por ratas y ratones.

Hace meses...
Apple recorrió el lugar con la mirada.
-Solo espero no querer al rato salir corriendo de aquí.
-Depende – Paloma hizo su entrada triunfal, el vestida casi transparente apenas dejaba nada a la imaginación - ¿Quieres una copa para relajarte? – la preguntó alzando una de la que salían extraño vapores tan poco fiables como atractivos para el curioso.
-¿Es usted siempre tan amable con sus visitas? – preguntó, Apple, sonriendo, cortésmente, y alargando el brazo para tomar la copa que la ofrecían - ¿O solo es su manera de cerrar los tratos?
-Más bien te quiero relajadita y bien embriagada, con sabor a licor, como los bombones... Cooperante y muy sumisa.
Apple asintió, mientras daba un trago a aquel humeante mejunje con sabor a... ¿Arsénico? Espero a la muerte, el veneno debía matarla en instantes, se llamo estúpida por confiar en aquella mujer... Pero, la muerte no llego.
-Quítate camiseta y el sujetador, quiero ver tu torso desnudo – la instó Paloma.
Apple se quito la camiseta y, luego, hizo lo mismo con su sujetador. Su cuerpo era voluptuoso, delicioso en sus curvas, apetitoso en carnalidad... Un manjar de piel blanca, suave y jugosa al tacto y el paladar,
-¿Qué tal así? – dijo, mirando a Paloma con algo de vergüenza, mientras se cubría los pechos con sus manos.
-No te veo nada escuálida – Paloma, le quito las manos, con las que se cubría, Apple, los pechos, y puso las suyas en su lugar - yo a estos los veo bien grandes y rellenitos... perfectos para hincarles el diente.
-Tanto como eso – no, no iba a morir envenenada, sino devorada -... Quizá solo saborearlas.
Paloma se llevo uno de aquellos generosos pechos a la boca.
-Mmmmmm... Sí, muy sabroso...
Los pechos se la endurecieron como rocas, ¿eran los labios de Paloma o la droga que la había dado?
-Ahora, dime – dijo, Paloma - ¿Qué deseas exactamente? Pero, recuerda, nada sale gratis.
-Ya pague mi parte, os traje alguien con quien saciar vuestro apetito, majestad.
-Mi apetito es insaciable – sonrió, perversa, Paloma.
Apple se apuró, si hablaba en serio, pronto iba a ser platillo principal... Pues no iba a tener tiempo de encontrar a nadie más.
-Señora, yo...
Paloma sonrió leyéndola la mente.
Apple sintió como otras partes de su cuerpo se endurecían e hinchaban, como su sexo ya supuraba de jugos ¿Qué la estaba ocurriendo?
-Es una cuestión de elección ¿Mujer Cordero o Dragona?
Apple se preguntó entonces si no podría existir un balance de las dos... pero, su propio cuerpo ya la anunció que, además de tarde para elegir, aquel equilibrio de fuerzas era imposible... sintió aquel dragón penetrar entre sus muslos, llenar sus entrañas, y empalarla hasta que con un gemido dejo salir la otra parte entre sus labios...
-Arrodíllate y tómalo entre tus piernas y con tu boca – ordenó, Paloma – él decidirá si vas a ser amante o entrante.
Apple se dejo caer de rodillas al suelo, mientras sentía su cuerpo arder... y como aquella presencia brumosa la atravesaba de lado a lado, tomándola por la boca y el sexo.
Pero, poco a poco, ya no sintió ardor, sino la frustración de tener aquel fuego dentro y sentir que se enfriaba, congelándose en su interior y negándose a explotar... Entonces supo que el cambio estaba echo, y quiso llorar al entender que había pagado más de lo que esperaba... Paloma no la mintió, el precio fue alto.
El frío de su piel y su interior nunca podría ser templado, mientras que ella exudaría deseo para todo aquel que la rondara... No, no era un pago justo, pero, ya estaba avisada...
Paloma se inclino y atrapo con sus jugosos labios los ahora frías, pero apetitosos y carnosos, de Apple... No, ya Apple como tal no existía... ahora solo existiría aquello en lo que su sed de diversión la había convertido: en un congénere de la Muerte, una bailarina más de sus danzas macabras...
Paloma se burló de ella, mientras se retiraba mordiéndola y estirando su labio inferior, con estas palabras...
-Ahora si que estas para comerte... viva – y soltó una carcajada, mientas la tomaba como una mujer toma a otra...
... Y aquella nueva criatura sintió que no la dolieron aquellas burlas ni las vejaciones que Paloma la sometía al chuparla y acariciarla en esos momentos cuando ya no sentía nada más que un hambre que nunca se lograba de saciar, no ahora solo sentía sed y hambre, y una terrible furia asesina... El precio fue alto, pero, ya dejó de importarla aquello también.
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Los Comediantes 1


Ángela Morrigan, de piel tostada y cuerpo diez, caminaba por la calle, alguien la llama, la hace girarse...
-Ah, eres tú – dijo ella, reconociendo a quien la reclamaba.
-¿Por donde iba? – dijo Paloma.
-Ah, si – Ángela, frente a ella, la anima a continuar al historia - creo que los acostaste y ahora estabas mirando un libro de recetas para engordarlos más rápido, y la mejor forma de comértelos.
...
Al día siguiente los dos jóvenes se levantan hambrientos.
-Hola, señora - dicen al ver a su anfitriona en la cocina.
Ella se da la vuelta y los saluda.
-buenos días, niños, siéntense y desayunen - les dice, llevándolos a la mesa y mostrándoles todo un sin fin de cosas deliciosas.
Los niños tragan lo que la mujer les pone, la rubia y mofletuda Grétel la que más... Al final, dándose por satisfechos se echan atrás y se frotan las barrigas.
-Estaba todo delicioso, señorita – le dice, Hansel - pero no quisiéramos abusar de su amabilidad, y aunque la calle es fría, seguir aquí nos convertiría en una molestia para una señorita que tan bien se ha portado con nosotros. Nos iremos pronto.
-¿Por qué? – se queja, Gretel - Aquí estamos calientes y tenemos comida y a la señorita seguro que no la importa que nos quedemos - la mira con ojillos de cordero degollado - ¿Verdad, señorita?
-Es verdad, y me encantaría que se quedaran todo lo que quisieran – le dice, acariciando sus mejillas.
-¿Podemos quedarnos? – dice, Hansel - Pero tendremos que pagárselo de alguna forma, nada es gratis en esta vida.
-Por su puesto, dulce querubín, me ayudaran con tareas de la casa, las que dos pequeños como ustedes puedan hacer.
-Ok... ¿Y en que tarea quiere que empecemos?
Fingiendo, la mujer, pensar.
-Por ahora necesito que me ayuden probando cada uno de esos platos, y decirme si son ricos. Necesito que prueben cada uno de los platos y si es necesario que repitan...
-Lo haré yo – dice la siempre glotona Gretel -. A ver...
Gretel prueba cada plato.
-Están todos muy ricos – dice, sonriendo y marcando sus redondas y llenas mejillas.
Les había puesto, a esos platos, unas gotas que aumentaban el apetito para que siguiera comiendo.
Gretel come sin parar, repitiendo incluso.
-Esta riquísimo... Tienes que probarlo Hansel.
-¿Y yo que puedo hacer, señorita? – pregunta, Hansel.
-Tú, corazón, ven conmigo... mientras ella me sigue ayudando.
Y Gretel come y come hasta acabárselo todo...
La mujer lleva a Hansel a un cuarto cerrado, y le da una bebida con gotas para dormir... y lo encierra, luego, vuelve a ver a Gretel... a ver como va esa dulzura.
-Me lo acabe todo, señora, es usted una excelente cocinera – dice, Gretel - ¿Que mando hacer a Hansel?
-Esta ayudándome. Tú, corazón, toma esto y ve a tu cuarto a descansar - le da un vaso con gotitas para dormir.
...

-Mírales, que gorditos y sabrosos estaban en los últimos días... Al final Hansel estaba como un tonel, aunque, como siempre supe, nada más verles, la mas sabrosa y jugosa al paladar fue Gretel – se relamió Paloma.

Subida a la rama de un árbol, Aplle conversa, mientras otea el horizonte, con Lucas.
Él: ¿Sabes una cosa curiosa?
Ella: ¿Qué?
Él: ¿Sabes porque a las ancianitas les gusta pellizcar los mofletes a los niños y las niñas?
Ella: Mmmmmm... ¿Para ponerlos colorados? ¿Para ver si tienen grasita?
Él: Sí... las ancianas tienen una gran falta de proteínas, y comprueban que niños están más tiernos y gorditos, pues la carne de niño o niña es la que más proteínas tiene.... Recuerdo una vez, viajando en un tren, que lo vi en directo ¿Quieres oír la historia?
Ella: Diablos (Ella se muerde los labios)... Soy toda oídos.
Él: Pues, andaba yo en el tren, y frente a mi había una señora mayor y una madre con su hija... La niña no paraba quieta, y al principió pensé que eso era lo que llamo la atención de la anciana. "Pero, que niña más guapa y rica", dijo la mujer pellizcando las redondas mejillas de la niña... Yo intente abstraerme en el libro que iba leyendo, pero, cuando la señora, entre susurros le ofreció dinero a la madre, me sorprendí, pero, bueno, la madre era una de esas chicas inmigrantes y pensé que a lo mejor era su jefa y estaban saldando algún sueldo. Entonces llegamos a la última parada y, para mi sorpresa, la madre se fue por un lado y la anciana, con la niña en brazos. por el otro. Vi a la anciana parar en una verdulería y comprar tomates, zanahorias, manzanas y alguna cosa más, mientras seguía pellizcando las mejillas de la niña... Como soy de naturaleza curiosa, la seguí hasta su casa... y para mi fortuna era un bajo: ahí lo vi todo; vi como bañaba a la niña, y como seguía pellizcándola, pero, esta vez, por todo su cuerpo: nalgas, brazos, muslos, torso... Y tras secarla, ni siquiera la vistió, la llevo directamente a la cocina... No podía creerme lo que vendría a continuación. Tumbo a la niña sobre una fuente de plata y empezó a sacar el contenido de la bolsa que había comprado en la tienda... La nena quiso moverse pero la vieja la dijo que se estuviera quieta, y, aterrada, la niña obedeció... La anciana cortó las manzanas y las zanahorias y las echo en la fuente donde estaba la niña, después hizo una salsa de tomate con especias, y, aun caliente, baño con ella a la niña poniéndola tumbada en posición fetal... aprovecho esa posición para colocarla una rama de perejil en la entrada de su ano y una manzana en la pequeña boca... Luego, y para horror mío, vi como metía la fuente, con al niña dentro, en el horno y lo encendía antes de ponerse a ver la telenovela... Me fui antes de ver como se comía a la pobre e inocente niñita... Esa es la historia
Ella: ¿Y por qué no llamaste a nadie? (levanta una ceja) ¿Por qué dejaste que se comiera a la pobre niña?
Él: ¿Y que digo... Oigan una señora se esta cocinando a una niña?
Ella: Eso.
Él: Me hubieran tomado por loco, y, además, la madre no iba a testificar, después del fajo que se había llevado.
Ella: Ok.
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La Imagen en el Art Bouffon: Salome (2)


¡Ah! No quisiste dejarme besar tu boca, Yokanaán. Pues ahora la besaré. La morderé con mis dientes, como se muerde una fruta madura (Oscar Wilde; Salome)
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