miércoles, 1 de febrero de 2012

Las Guardianas de la Puerta de Sangre: Lisa


Vayamos al grano, me llamo Lisa y soy, por edad, la mediana de las tres Guardianas... ¿Quiénes son ellos? Mis Macabros Bromistas ¿No sabes que es un Macabro Bromista? Pues yo no pienso explicártelo, cielo... Tengo mucho que cocinar (dos tributos) y que cebar (los dos mismos tributos, aunque uno, por las prisas del suplicante, habrá que rellenarlo in situ antes de hornear), pues, estas dos, y me refiero a mis “hermanas”, son unas vagas. Siempre me toca currar a mi... Que no os engañe el haberme pillado sentada y rodeada de mis fieles Macabros Bromistas.
¡Ding! ¡Dong!
La Puerta ¿Quién será ahora? Con todo lo que tengo que hacer, y encima me tienen de recepcionista.
-¿¡Quien demonios es? – increpó a quien este detrás de la puerta.
-Discúlpeme, me llamo Giselle – dice una voz de chica -... me enviaron acá con una nota.
El dulce acento y la juventud del timbre despierta mi curiosidad.
-¿Una nota?
-Si, un señor me la dio y me dijo que viniera aquí a entregarla – responde la voz, mientras yo abro la puerta.
A decir verdad, la tal Giselle es toda una ricura... bajita, debe superar apenas el metro y medio, y cachetona.
-¿Qué edad tienes, corderita?
-19 años –me responde, no sin mostrar cierta incomodidad por el apelativo que la he dado.
Bien, bien... carne tierna, con el tamaño y la carnosidad perfecta para el horno.
-Enséñame esa nota – la digo, mientras la permito pasar.
-Tome.
La tomo de la muñeca cuando voy a coger la nota, así observo mejor su brazo y su mano, y palpo la piel suave y la tierna carne... Al contrario que las otras dos, a esta va a valer la pena cocinarla... Por no hablar de las ganas que me están dando de comérmela ahora mismo.
Leo la nota, y ni siquiera me molesta corroborar que aquella muchacha, como era de suponer, es otro tributo de un nuevo interesado en usar la puerta... Hoy se acumulan los clientes, sonrió mientras miro de reojo a la muchacha.
-¿Todo bien, señora?
-Señorita, por favor... Y, sí – dijo acercándome a ella, mientras hago una señal a mis Macabros Bromistas para que inmovilicen a nuestra “invitada” -... Todo va muy, pero que muy bien – en cuanto la tienen apresada, ordeno - ¡Desnudadla! Antes que nada quiero inspeccionarla a fondo.
Y ya a mi merced, comienzo a palparla y olisquearla...
-¿Fumas?
-Sí... Sí, señora... Por favor...
-¡Chsssst! – pongo un dedo en sus carnosos labios, mandándola callar – Sin suplicas, ya es tarde... ¿Mama no te dijo que no aceptaras cosas de desconocidos? – la pregunto con sorna – He de darle las gracias a tu mama por eso y por criarte tan linda y apetitosa – y dirigiéndome a mis “amiguitos” - Que unos cuantos la lleven a la cocina, y otros avisen a las vagas de mis hermanas que tenemos un cordero listo para asar.
Lo bueno de los Macabros Bromistas es que son muy eficaces cuando conspiran contigo, lo malo es que podría encontrar algún que otro mordisco o amputación en la muchacha cuando me disponga a cocinarla.
Un momento, chasqueo los dedos y detengo a los que se llevan a la muchacha.
-Cielo ¿Qué signo eres?
-Pis... Piscis
-Ok, entonces te horneare con salsa tártara – me chupo los dedos -... Te prometo que quedaras deliciosa, y como con el buen pescado, yo, la cocinera, me reservaré tus rellenas mejillas para comer.
Luego doy la orden para que prosigan en la expedición hacia la cocina.
Tres tributos, tres lindas criaturitas... Y creo que mía es la más apetitosa.
¿Qué nos falta?
Ya lo tengo un poco de música.
Hoy para mi es un día especial
pues saldré por la noche
podré vivir lo que el mundo no esta
cuando el sol ya se esconde
podré cantar una dulce canción
a la luz de la luna
y acariciar y besar a mi amor
como no lo hice nunca
Que pasara, que misterio habrá
puede ser mi gran noche
y al despertar ya mi vida sabrá
algo que no conoce
(...)
descubriré que el amor es mejor
cuando todo esta oscuro
Y sin hablar nuestros pasos irán
a buscar otra puerta
(...)
Será, será esta noche ideal
que ya nunca se olvida
podré reír, y cantar y bailar
disfrutando la vida
Olvidare la tristeza y el mal
y las penas del mundo
y escuchare los violines cantar
en la noche sin rumbo
Que pasara, que misterio habrá
puede ser mi gran noche
y al despertar ya mi vida sabrá
algo que no conoce
Que pasara, que misterio habrá
puede ser mi gran noche
que pasara, que misterio habrá
puede ser mi gran noche.

Mordiscos, amores.

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