jueves, 22 de diciembre de 2011

Contra el muro


(Continua de Tic, toc, el malo esta aquí)

Maxwell había sido el primero en dar el paso al frente, hay una ley no escrita: ataca primero y se el más sangriento, así serás el vencedor. Con el brazo convertido en aquella aterradora cuchilla, haciendo uso de sus habilidades para confundir los sentidos de los hombres de Saint Simón, a fin de que no le oyeran venir, sorprendió a varios antes de ejecutarlos... Un muerto siempre impresiona más que un prisionero.
Conocía bien a esa gente, la organización de Saint Simón siempre había gustado de crear sus propios microcosmos, montando instalaciones que asemejaban pequeñas ciudades aisladas donde ellos podían gobernar como si fueran reyes. Puede que los hombres que iba degollando durante su avance fueran meros peones o que su único pecado había sido aceptar vivir según las reglas de aquellos bastardos de los Saint Simón... Pero seguían siendo fanáticos, asesinarlos era liberar su alma prisionera de una mente pervertida por aquellos locos a los que obedecían y seguían ciegamente.
Al fin avistó a la mano derecha de Saint Simon, William, matarle sería un duro golpe para la organización... William estaba rodeado de hombres, algunos civiles y otros milicianos encargados de la seguridad de la Comuna...
... Moviéndose a una velocidad y con un sigilo impropios de su tamaño, Maxwell burlo a los que rodeaban a William... y sorprendiéndole por la espalda, lo degolló y remato empalándole de atrás adelante.
Cuando los que estaban con el lugarteniente se le echaron encima, Maxwell no tuvo reparos en igualar el veinte contra uno convirtiendo su otro brazo en un potente lanzallamas... El fuego purifica, y no deja enemigos en pie que puedan levantarse y devolver el golpe.
Luego prosiguió su asalto, no sin antes comunicarse con los refuerzos.
-¿Luke, estaís cerca del arsenal?
Una voz le contestó desde el otro lado.
-¿Tu que crees?
Maxwell era lo suficientemente humano para captar la ironía.
-Usa tu cachivache y destrúyelo, quiero que Saint Simón sepa que podemos golpear bien duro.
-Destrucciones de arsenales... Sí, eso lo tenemos en el menú, incluso le diré, caballero, que es la especialidad de la casa.
-Pues ponte a ello, hablando no cayó la Bastilla, créeme.
-Sí, señor, Larousse – luego se escuchó que Luke se dirigía a un tercero - Dreadlock, pongámonos a ello... Hora de colarse en casa de los ositos y volarla en pedazos.
Por el intercomunicador Maxwell escuchó las detonación de disparos que no eran amigos... y supo que, por alguna razón, Saint Simón se esperaba aquel ataque...
-¡Maldición! – clamó la criatura, sabiéndose perdedor de aquella batalla.
Pero aún podía hacer algo de daño él mismo...
Había dado por perdidos a esos dos cuando escuchó la voz de Luke...
-Vibrador dorado a C3PO, he conseguido huir... pero el rubiales ha caído – en los peores momentos a Luke nunca le fallaba el sentido del humor -, nuestro topo me ha sacado de allí antes de que la cosa se pusiera chunga.
-Marchaos de allí los dos ahora.
-Esto... cabeza lata, vuelvo yo solo... al bueno de nuestro Judas le ha costado la cabeza sacarme de allí, estos tipos no son muy caritativos con los traidores ¿Sabes?
Maxwell podía perder los estribos con aquel chaval, pero tenía que reconocer que él ingenio lingüístico de Luke le hacía mucha gracia.
-Esta bien, nos reuniremos en el punto de encuentro acordado.
-Ok.
-Corto y cambio.
Maxwell abandonó su refugio y siguió su labor de limpieza.
Accedió al interior de uno de los edificios... Allí se dio cuenta de que le esperaban, Saint Simón sabía que en un lugar cerrado quizá las habilidades de Maxwell se verían algo más limitadas por la acotación del terreno.
Con una mezcla de agilidad, sigilo y capacidad de confundirse entre las sombras, su letal avance fue un éxito, ya fuera en el interior del edificio o en los patios interiores de este...
... En uno de aquellos jardines interiores Maxwell localizo a un tipo cuyos rasgos le identificaban como un Saint Simón, aunque, la ausencia de la insignia triangular indicaba que no era el Saint Simón que buscaba... Aún así sería otro duro golpe para su enemigo...
Despistando a los hombres que acompañaban al tipo, cayó sobre su objetivo como un ave de rapiña, y lo degolló ante los sorprendidos ojos de los otros... Los cuales no reaccionaron hasta que no fue ya tarde, y cuando lo hicieron recibieron idéntico trató por parte de Maxwell... Aún así, a uno de ellos le dio tiempo a dar la voz de alarma, y desde los balcones un grupo de milicianos comenzó a disparar a Maxwell...
Su piel era más dura que la humana, pero podía convertirse en un colador igualmente si se quedaba quieto... además, aquellos proyectiles estaban preparados para él, como pudo comprobar cuando uno de ellos le rozó. Lo mejor era no quedarse quieto, y Maxwell emprendió la huida...
... Demasiados tiradores, demasiado poco espacio para maniobrar.... Maxwell fue abatido antes de encontrar un sitio donde estar a cubierto...

Luke estuvo al menos diez minutos esperando a Maxwell en el punto de encuentro... Hasta que comprendió que su amigo sintético no iba a venir.
-Menuda chapuza, tío – dijo antes de usar su báculo para crear un portal que lo sacara de allí.
Marcharon tres y volvía uno... Menudos héroes estaban hechos.

Cuando Luke apareció en su destino el color amarillo pollo le rodeaba, así como una espesa capa de vapor que lo envolvía todo...
-Vaquero, te has metido en un buen lío – una voz muy familiar surgió de entre el vapor de agua.
-Esto no es Kansas ¿Verdad? – bromeó, visiblemente incomodo, Luke.
El busto de Wendy se asomó, detrás de Luke, entre la nube de vapor, la chica tenía un gesto cínico en su rostro.
-A no ser que tu me consideres Totó, no, no es Kansas – y en cuanto vio la intención del joven de girarse, añadió -... y como se te ocurra girarte, usare tu juguetito para hacerte una colonoscopia a fondo ¿Entendido?
Luke tragó saliva, y asintió...
-Wendy...
-¿Entendido?
Luke contrajo el rostro, rojo de vergüenza...
-Sí.
-Ahora sal de aquí, pervertido.
La mano de Luke apretó con tanta fuerza su maza dorada que los nudillos se le pusieron blancos.
-Sí, Wen... De nuevo, disculpas.
Y con paso rápido echo para adelante... Maldita fuera, desde que se conocían Luke tenía la sensación de que no paraba de meter la pata con Wendy... y, la verdad, era...
-¿Luke?
Se detuvo en secó, y el peso de su pecho se disipo.
-¿Sí, Wen? – preguntó ilusionado.
-Es por tu derecha, por ahí solo te vas a dar de morros con la pared. No voy a negar que eso me haría sonreír, después de pillarte espiándome mientras me bañaba, pero, me gustan tu camisa y tu corbata y no quisiera verlas pringadas de sangre porque te partieras la nariz.
Claro... Luke volvió a asentir y giró hacia su derecha...
... La gustaban su camisa y su corbata, eso era bueno ¿No?

(Continuara)

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