miércoles, 28 de marzo de 2012
Applesad
Con 17 o 18 años, Lucas escribió un relato llamado “Mi Profesora de Matemáticas”...
Esta ahí sentada, frente a mi, la miro de vez en cuando.
-¿Lo entiendes Simón? – me dice, y me muestra el problema de matemáticas.
-Si claro... – qué asado mas delicioso me haría contigo, o quizás me haría una sopita; pienso y asiento.
La miro los dedos, pequeños y rechonchitos, deseo cogerla la mano y comérmelos uno a uno. Deseo tumbarla sobre la mesa y follarmela antes de devorarla.
Toco su mano, ¡qué piel mas suave!
Qué deliciosa va a estar, juro que cataré esta pieza; pienso
Observo lo carnoso de su labio superior, ¡Uhmmmm, qué manjar mas delicioso!.
La miro y pienso en innumerables formas de cocinar a esta Gretel / Caperucita Roja.
Se tiene que marchar. Mientras bajamos las escaleras, desde mi habitación en la segunda planta, observo su culito apretado que pide a gritos un mordisco.
Hoy llego tarde a clase, y Soraya se ofrece a llevarme a donde sea en su coche. En aquel Citroen la atacare y disfrutare de su boca, sus deditos, sus senos, su piel, su cuello, su culo,....
Pero la sorpresa me la llevo yo.
El coche se detiene en un descampado.
-Sácate la polla – me ordena
Se quita el cinturón de seguridad, se agacha hasta la altura de mi miembro erecto. Me mira y sonríe. Comienza con dulces lametadas mientras lleva el ritmo con la mano derecha. No tardo en pasar de gourmet a merienda, mi pene aparece y desaparece dentro de su boca.
Pronto eyaculo. Ella se reincorpora y me besa. Me pregunto cómo sabia de mis intenciones, mientras, ella arranca el coche y retoma la marcha.
Años después escribió el Efímero en tres escenas “Saco de huesos”... En cuya tercera aparecía una chica que sobresalía entre las tras que actuaban en la obra, esa chica era Apple.
(Primera Escena)
Simón: (Al publico) A veces, cuando pescas un saco de huesos, acabas con dos... Es la suerte de todo cazador.
Barbara, el segundo saco de huesos en cuestión, tenía ahora la boca llena.
Simón: Chúpala como si fuera lo último que vas a hacer en la vida
lo más probable, para ella. es que eso fuera cierto
Simón: (Autocensurándose mientras la palpa) ... Huesos, solo huesos.
Con rostro confundido, Bárbara se sacó el miembro de la boca.
Bárbara: ¿Chupar? ¿Él qué? No paras de hablar de huesos ¿Chupas huesos? Yo prefiero la carne... No sé.
Simón: Pues... ¿¡Qué va a ser!? (se señala su miembro erecto, mientras se promete ligarse a una chica con algo de seso la próxima vez... Con algo de carne y de seso, mejor aún)... la polla, el pene, la verga, el cimbrel, el badajo, el siamés calvo y tuerto, el bastón de mando... Puedo seguir así horas ¿Sabes? Y tu solo tienes que chupar la que tienes delante ¿Es tan difícil?
Ella le mira entrecerrando los ojos.
Bárbara: Ya entendí, no soy imbécil
Y tras decir eso, reanuda la tarea, pero, con menor ímpetu, pues, esta. enfadada.
Él suspira,
Simón: (Al publico) Parecía realmente lista cuando la conocí en aquella fiesta... Ella abrió la puerta, y me sonrió. Yo me fijé en su escote y en que tenía la boca ancha, perfecta para tragar y tragar... ¿Qué podía fallar? (Pausa y nuevo suspiro)... Pues, podía fallar el que, fuera de todo lo anteriormente descrito, Bárbara tiene la cabeza hueca, no es que la hubiera invitado a casa para charlar, pero, al menos, agradezco no tener que estar recordándola constantemente lo que esta haciendo... Suerte tengo de que lleva días sin pegarme ningún mordisco en el nabo después de que él sabor marinero del miembro le recordara a los bocadillos de calamares de El Brillante... De veras que eso es un alivio.
Cansado y seguro de que ya no iba a correrse, indicó a Bárbara que se levantara.
Simón: Anda y ve a llevarle su comida a la otra – Ya a solas, de nuevo hacia el publico, se queja de su suerte)... Menudo ojo he tenido con esas dos ((mirando hacia el lado por el que se ha marchado Bárbara). No me queda más remedio que matar a Bárbara esta misma noche, y cocerla en su propia salsa, si algo quiero cenar (sacándose un cuchillo de la chaqueta, camina hacia el lado por donde marcho Bárbara... Decidido a degollarla, y luego arrastrar el cadáver a la cocina) ¿Esta chica tan delgada sudara? Bueno, no pierdo nada por intentarlo... y sino todavía me queda la otra.
(Segunda Escena)
Simón: (Ríe divertido, repiqueteando con su largo índice en las costillas de la chica pez, la primera a la que se había traído a la casa) Cuando estés más gordita, te comeré asada (dejando a la muchacha, dirigiéndose al publico) Llevo ya tres días cebando a este saco de huesos, su delgadez extrema es causa de las mortificaciones a las que su credo marino, y la llegada de la moda anoréxica a los océanos, la han empujado, y cada vez que alcanzo a palparla (la agarra por la cadera, mientras, la chica pez hace intento de escapar, así agarrada, reboza la entrepierna contra las escasas nalgas), la encuentro, aún, más delgada (Se abre la bragueta y libera le miembro, al tiempo que la voltea e incrusta su miembro entre aquellos labios de carpa)... No importaba, por ahora me conformó con fragmentar su alma, aunque, ya empiezan a faltarme nuevos agujeros u orificios que profanar en esta apetitosa y joven pescadilla.
Tira del pelo de la chica y se incrusta hasta la garganta, mientras con la otra mano la da dos nalgadas que señalan el apagado de la iluminación.
(Tercera Escena)
Simón: (Simón completamente desnudo, tiene acorralada contra la pared a una chica de cabello corto que, vestida solo con una largo jersey de cuello alto, sostiene entre sus anchos y jugosos labios una manzana... Simón sonríe y retrocediendo un poco, pero solo lo suficiente para mantener su brazo extendido con la mano apoyada contra la pared a la izquierda de la cabeza de la chica, desciendo la mano siniestra a la altura de su pene... En todo momento sus ojos violetas permanecen fijos en ella Comienza con suaves caricias desde la base hasta el prepucio, y luego estirando suavemente hacia abajo, dejando al aire su hinchada y rosada nuez de carne... Repite la acción aumentando gradualmente la intensidad y el ritmo de las caricias, arqueando cada vez más las caderas hacia ella, y asomándose por la uretra la primera gota perla pálido del préseminal) Agáchate y pruébala con tu lengua, cielo (la quita la manzana mordaza de la boca, con un movimiento delicado, la sonrisa difuminada por el deseo y el fuego de la pasión), y dime a que te sabe.
Ella sonríe le arrebata con suavidad la manzana y recoge sobre la piel del fruto la lagrima del miembro viril, después muerde la manzana por el lado donde esta la gota de liquido preseminal... Simón cae de rodillas, derrotado, como si su piel solo fuera un saca para sus huesos.
Ella: (Al sonreír sus labios se hacen aún más gruesos y perturbadores) Podría tropezarme y comerte la polla. Podría beber del pitorro hasta embriagarme y poner bien gordo este dedito (Con un gesto el cae mirando al techo, y ella, colocándose a cuatro aptas, da tres chupetones al glande para demostrar su teoría) . Podría, después, solicitarte que me enseñaras ese dedito y yo devorarlo sin ningún delito (ella se lo hunde hasta la garganta y mueve la cabeza simulando que se lo traga)... Podría ser yo la que te devorara, girando la rueda que me ponía, minutos antes, como ensartada.
Con un movimiento salvaje y rápido, se lo traga y simón suelta en ese momento un lamento mezcal de éxtasis y dolor.
Apple tenía 23 años, dos años más que nosotros, cuando la conocimos, y Lucas enseguida se enamoro de sus labios y de sus ojos, además de su estrambótico estilo en el vestir... Sí Lucas fue uno de los principales cerebros y el modelo masculino de lo que vendría, Apple era sin duda su contrapartida femenina en aquel nuevo movimiento que se gestaba. Ambos Sagitario, eran puro fuego de una imaginación y una personalidad desbordantes. El que Apple fuera poco más de siete centímetros más bajita que él no hacía más que aumentar la fascinación que Apple le provocaba.
Lucas: ¿Qué te gustaría si te propusiera una cita?
Apple: Qué hubiera sobre todo muchas risas.... jajajajajajajaja...
Fueron mañanas, tardes y noches de reuniones delante de cafés, cervezas, infusiones o lo que se dejara beber... sin desestimar sus propios jugos sexuales (aunque quizá me este adelantando un poco), siempre con uno o dos ceniceros a rebosar por las colillas de los tres. Yo como siempre, un mero observador.
Yo: ¿Cómo te definirías para nuestro lector?
Apple: Pues supongo que soy bastante extrovertida, me gusta el arte, me dedico a cantar y soy un culo de mal asiento.
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