miércoles, 28 de marzo de 2012
Las Mil y Una Poluciones de una noche de verano sobre un banco
La menuda muchacha de rasgos que recordaban a los de la península Indostaní, escuchaba abrazada a Lucas la obscena historias que este la narraba, prácticamente inventándosela de carrerilla... Esta capacidad de improvisar era una de las múltiples habilidades de mi amigo.
El blando cuerpo de la morena, que hasta instantes antes había estado llorando, se amoldaba perfectamente al hueco entre el brazo y el costado derecho de Lucas. Ambos sentados en un banco, en plana vía publica, rodeados de gente que no paraba de pasar... pero, como ya se vera, ajenos a todo observador.
-Cuénteme una de las historias que escribes – le había pedido nada más dejar de llorar, mientras se acomodaba en aquel punto de su cuerpo, como una gatita necesitada de afecto, dejándose cubrir por el brazo de Lucas.
-Una historia – Lucas se dejo inspirar por aquel cuerpo curvilíneo y suave -... Te contare la de la chica que llamo a mi puerta.
-Soy toda oídos – dijo ella, sonriente.
“Caminando por las calles, aun con el semen de su hermanito en la garganta. La llamaron para trabajar en una pastelería, la dueña daba miedo pero pagaba bien”...
La puerta fue repiqueteada por dedillos delicados.
Una chica había llamado a su puerta: sonriente, pequeñita de tamaño, y delgadita; el escritor abandonó su trabajo, y abrió la puerta... la miro.
-Pasa y no tengas miedo ¿Tienes hambre? – la preguntó.
Ella asintió, y él fue a la cocina, trajo algo de picar y dos copas de buen vino.
Antes de atenderla, escribió algo en el ordenador.
“La chica come bien.
Bonita sonrisa, pero muy delgada,
la engordare...
Se va,
no, no la dejare...
Grita,
no, no lo hagas, te estropearas
y te quiero tierna y jugosa.
Come, come, tienes que engordar,
pronto será mi cumpleaños
y contigo lo quiero celebrar.
Mmmmm... qué gorda estas,
ven conmigo a la cocina...
Qué piel tan suave,
qué trasero mas digno de degustar.
Mmmmmmmm...
Chapotea en la marmita,
un guiso de chica colosal,
que pechitos tan jugosos,
mmmm, un bocadito mas...
mejillas dulces,
creo que cruda es como mejor estarás.
A la mesa.
Su trasero en lonchas, mmmm...
Qué banquete esa chica,
pronto vendrán la otra...
Caminando por las calles viene,
aun con el semen de su hermanito en la garganta.
Me llamaron para entrevistarme,
la elegí a ella.
Nada mas llegar la miro con detalle.
Sonríe.
Es monísima.
La invito a sentarse.”
Atendió entonces a su invitada, comenzarían la entrevista.
Pregunta: ¿Por qué tanto interés en que te entrevistara yo?
Respuesta: (señalando con el dedo la pantalla, con una sonrisa malvada) Apareciste en mis sueños.
Pregunta: ¿Cueles son esos sueños?
Respuesta: Vivir y escribir.
Pregunta: Eso suena frívolo.
Respuesta: Soy frívolo.
Él le indicó que se acercase, que leyera en la pantalla.
Pregunta: (visiblemente turbada) ¿Qué te impulso a escribir eso?
Respuesta: (Respondiéndola con otra pregunta) ¿No te seduce a ti lo oscuro y perverso de las personas?
Se acercó para olerla... se pasó la lengua por los labios satisfecho por el aroma de aquella hembra.
Pregunta: (más turbada) Soy yo la que hace las preguntas.
Respuesta: Ok.
Pregunta: (intentando recomponerse) Canibalismo y sexo ¿Cómo pega eso?
Respuesta: Sexo y canibalismo, es una cuestión de limites, quizá soy una persona de limites... no, no te creas todo lo que digo... aunque... si queremos llegar al limite no hay que detenerse ante nada, la máxima expresión, la que mas al limite se encuentra, del sexo es el canibalismo.
Se acercó aún mas, su piel blanca parecía suave.
Pregunta: (Más turbada aún, casi alcanzando la excitación) Esto...
Respuesta: ¿Te asusté?
Pregunta: (Miente) No, no, que va
Respuesta: (Observador) Te sonrojaste.
Pregunta: (más turbada y sonrojada) Perdón.
Respuesta: ¿Tienes calor?
Pregunta: Sí, la verdad (pidiendo con los ojos una excusa para ocultar su más turbación) ¿Puedo?
Respuesta: (sin separar los ojos de ella) Por mi no te preocupes.
Como poseída por un hechizo, la chica, en lugar de correr a ocultarse, se queda con tan solo una blusa blanca, vislumbrándose, transparentándose, sus pechos jugosos bajo ella.
Pregunta: ¿Cómo te inspiras?
Respuesta: Chicas guapas y bellas, que me digan algo... como tu.
Se volvió a sonrojar, volviéndose mas apetecible.
Pregunta: (más turbada que nunca) Perdón, no se porque tengo tanto calor.
Respuesta: Siento no tener aire acondicionado.
Pregunta: (ella sonríe, indicando que no tiene importancia) ¿Y después de eso, qué prepararas?
Respuesta: La cena.
Pregunta: (ella ríe nerviosa, más turbada y excitada) Me refiero en el campo literario.
Respuesta: Ni idea, todo surge de bocas de bonitos labios... como la tuya.
Se sonrojó aun más, él se acerco hasta centímetros de ella.
Pregunta: Me comerás ahora, como escribes en el texto ¿No es eso lo que deseas? ¿No soy acaso yo las dos chicas sobre las que escribes?
Respuesta: (Asiente) Muy lista, sigue preguntándome.
Ella esta a puno de proseguir, pero él le muerde, por encima de la tela, uno de los enhiestos pezones.
Pregunta: (más turbada al limite, llega alorgasmo) Aaaaaaaahhhhh, ¿Por... Por qué ese deseo?
Respuesta: Mon ami, me considero un liberador, el ariete que rompe las murallas de la represión sexual, el filo cortante que deshace las correas con las que reprimían el sexo... porque, y que no te engañen mi lechoncito... la represión en el sexo sigue existiendo.
La chica interrumpió la narración de Lucas, su mano se encontraba ya dentro de la bragueta de mi amigo, al cual, como a ella, la historia había excitado cuerpo y mente.
-¿Por qué tienes la polla tan grande? – le preguntó traviesa.
-Para follar mejor – respondió Lucas, con los ojos entreabiertos porque la morena ya le estaba masturbando.
-¿Y los ojos tan brillantes? – siguió preguntando.
-Para mejor ver el cuerpo de las mujercitas – respondió Lucas, mientras la atraía aún contra su cuerpo, para ocultar lo que estaba ocurriendo y, sobre todo, porque quería sentirla bien adentro.
-¿Y la nariz tan traviesa? Me haces cosquillas – reía divertida, pues Lucas había hundido su cara entre el cabello y el cuello de la muchacha.
-Para saber si estas en tu punto, y – robó un beso de aquella boca -... Mmmmmm... lo estas.
-¿Y esta boca tan rugiente? – le pregunto aumentando el ritmo de sus caricias sobre el miembro de Lucas.
-Para comerte mejor.
Lucas iba a tumbarla sobre aquel banco, y hacerla suya, sin importarle los transeúntes que pasaban, pero ella le indicó que se detuviera.
-Primero, deja que te coma yo... ¿Puedo? – ella estaba cada vez más excitada, y, sonriendo traviesa, sin esperar el permiso, fue bajando, dando pequeños besos por su torso (el cual descubrió bajo al camiseta con la mano que la quedaba libre) hasta llegar a su miembro, el cual lamió -... Mmmm... ¿Así es como te lo imaginas al contar tus historias? – le dijo, sin apartar su mirada de los ojos de Lucas, los cuales traicionaba excitación - ¿Quieres que lo vuelva hacer, para comparar? – dijo. mientras volvía a lamerlo, arrancando un gemido a Lucas... La gente que pasaba sin querer pararse a mirar por puro temor a escandalizarse, no les podía importar menos. Ella, al fin, engullo el grueso miembro, y al sacárselo exclamó -... Mi boca si que es para comerte mejor ¿Verdad?
Como toda respuesta un ronroneo, casi un gruñido, y los dedos de Lucas enredándose entre los cabellos de ella, incitándola a continuar rodeando con sus suaves y dulces labios el tronco de su polla.
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