lunes, 9 de abril de 2012

Lo que ocurrió después de que ricitos de oro se comiera la cena de los tres osos


... Muy poca gente, por no decir una minoría demasiado selecta, sabe de aquélla nave que aterrizo en Madrid hace 20 años, aún menos saben de sus tres tripulantes: tres seres con aspecto de gigantescos osos; y solo unos pocos supieron la verdadera razón de su visita a la tierra...
... Maria fue la primera en contactar con aquellos seres, iba camino de una fiesta de disfraces en casa de unas amigas, la elección de disfraz pareció adelantarse a lo que iba a ocurrir. Vio descender aquella nave, suavemente y sin apenas ruido, y, luego, hacer lo propio a sus titánicos 3 tripulantes. Al principio sintió miedo, su aspecto era fiero y aterrador, pero en cuanto ellos se comunicaron con ella en castellano (el como habían aprendido el idioma era, y sigue siendo, un misterio para ella), mostrándose pacíficos, incluso dulces y amables, con ella, y, ganándose la confianza de Maria.
-¿Quieres ver nuestra nave, Maria? – dijo uno de ellos, por su voz parecía ser un espécimen femenino de aquella raza.
Maria con al curiosidad, recuperada la juvenil audacia propia de sus 15 años, acepto encantada la invitación. Subieron por la misma rampa por la que instantes antes habían descendido las tres criaturas. Maria iba delante, los tres seres la seguían a una distancia suficiente para que la joven no pudiera entender los cuchicheos que intercambiaban (aunque de poco la hubiera servido, ya que las criaturas hablaban entre ellos en su dialecto natal).
Maria recordaría el interior de la nave como algo propio de un cuento de hadas gótico, incluso un tanto expresionista.
La hembra se ausento unos momentos, mientras los otros dos: uno era más grande que sus compañeros y parecía ser el jefe, mientras el otro, apenas parecía un osezno en sus maneras, formas, y tamaño (que por más pequeño que sus compañeros seguía siendo impresionante para su humana invitada). La hembra regresó con un cuenco grande rebosante de una espesa sustancia de un tono que variaba entre el blanco, un amarillo apagado, y el gris, según la miraras, mientras, los otros la indicaban que tomara asiento en un enorme diván coronado por un extraño cabecero.
-come, come, te gustara – la incitó la hembra.
Por no ofenderles, Maria, tomó un objeto parecido a una cuchara, que ellos le ofrecieron, y lleno una primera cucharada. Se la llevo a la boca y el sabor inundo su boca, era extraño, pero, enseguida tuvo ganas de tomarse otra cucharada más... y otra... y otra... hasta que acabo el cuenco entero (Aunque no pudo evitar que algunas gotas cayeran sobre sus muslos, en la zona que quedaba al descubierto entre las largas medias blancas y la corta faldita de su vestido de Gretel, y su pecosos escote. Los tres seres habían estado observándola, apoyados en el enorme y bizarro cabecero, mientras comía, con distintas actitudes: la hembra la miraba, desde uno de los extremos, muy de cerca, y, en sus ojos, Maria creyó leer ternura (en realidad estaba vigilando que se comiera todo el contenido del cuenco), el osezno, colocado en el extremo contrario al de la hembra, no podía evitar relamerse mientras movía sus nerviosas zarpas peligrosamente cerca de la chica (como si deseara acariciarla pero no se atreviera), y el centro lo ocupaba el estoico y aterradoramente silenciosos líder.
... Los grandes y azules ojos de Maria se llenaron de terror cuando comprendió el verdadero motivo de aquel banquete que la habían ofrecido: habían tratado de cebarla, pues se la pensaban comer enseguida...
-Hemos tenido suerte de encontrar un espécimen tan apetitoso ¿Verdad, general? - dijo la hembra, sujetando por los delgados brazos, de las torneadas y suaves piernas ya se encargaba el osezno, al ser más grande.
-Verdaderamente, oficial de mando, será todo un manjar.
Aquellas criaturas enseguida comenzaron a desgarrarla el disfraz a zarpazos, sin importar, o quizá buscando especialmente eso, causarla algunas heridas, mientras acercaban sus inquisitivos morros a la tierna y joven carne de Maria, para olfatearla y lamerla, preparando sus afilados colmillos para el pronto momento de comenzar a devorarla...
-Mmmmm... esta humana huele que alimenta – exclamo la hembra, momentos antes de empezar a sujetar entre los dientes uno de los frescos pechos de Maria, haciendo que algunas gotas de sangre corrieran por la sonrosada piel de la muchacha...
-Con que este la mitad de rica de lo que se la ve, habrá merecido la pena llegar aquí – dijo el jefe, que había perdido, por el ansia de comer, la estoica compostura -... aunque claro, he oído que cuando pruebas a un humano te los quieres comer a todos...

El osezno se estaba centrándose en las piernas de Maria, y enseguida había comprendido donde encontraría la carne más exquisita: en la parte interior de los muslos...
Maria gritaba y pataleaba, mientras aquellos seres desgarraban con sus insaciables dientes, pedazos de su carne... De pronto se hizo un poco más oscuro, Maria vio con terror que el líder la había introducido la cabeza dentro de sus aterradoras fauces... Dispuesto a decapitarla de un solo bocado...
-Sujétala bien – pese a tener la cabeza de la muchacha entre las fauces, el general pudo vocalizar aquella orden.
Entonces, Maria que creía que no podían hacerla nada más, sintió como el osezno se clavaba entre sus muslos, empalándola con un miembro de tamaño bestial, como medida de mantenerla sujeta...
... La impresión llamó a la inconsciencia, y Maria debió desmayarse. Cuando abrió los ojos se sintió afortunada de seguir viva...
... Nunca supo como había escapado de aquello, y murió con la duda, las heridas eran demasiado graves y el esfuerzo fue excesivo para su organismo (su familia, que solo supo que aquello era producto de una violación, pero nunca de las otras horrendas circunstancias) cuando 9 meses después dio a luz a un bebe...
Antes de morir, Maria, que tuvo tiempo para vislumbrarle, pidió que le pusieran de nombre Eduardo.

Eduardo nunca sintió el cariño total de la familia de su madre, para quienes en el fondo era visto como un extraño... Aún así le compraban cuentos, que el devoraba con entusiasmo, pues sorprendiendo a todos aprendió a leer a una edad muy temprana... De entre estos cuentos, el pequeño tenía especial predilección por aquellos donde alguna bestia planeaba comerse a uno o varios niños: Pulgarcito (“Aquellos niños entraron en su casa sabiendo lo que les esperaba, y luego encima provocan la muerte de las ogritas y roban al ogro... Solo por qué no estaban de acuerdo con ser su comida”), Caperucita Roja (“Es una niña guapa, rubita y regordeta ¿Por qué culpar y luego castigar al lobo por comérsela? El también tiene derecho a comer, y además caperucita era una desobediente), o Hansel y Gretel (“Se comen la casa de la bruja, y evidentemente, la bruja tiene todo el derecho a decidir comérselos a ellos, si al fin y al cabo para ella los niños son tan ricos bocados como para ellos las golosinas de las que esta hecha la casa... Y ya que no son gorditos como Caperucita, es normal que los quiera engordar... Lo que no entiendo es porque injustamente se tienen que salvar”)... Esas lecturas y las retorcidas opiniones del muchacho asustaban a su familia.
Así que lo enviaron a vivir con unos tíos al campo.
Eduardo tenía 6 años cuando, recreando aquellos cuentos en forma de juego con un vecino, probó por primera vez la carne humana. El vecino, que era un regordete muchacho de piel tostada por el sol (no era rubio y sonrosada como Caperucita o los hermanos Hansel y Gretel) se dejaba lamer por Eduardo, y este a cada lametón se sentía más excitado... Excitación que el otro también mostró cuando, bajándose los pantalones, le enseño su pequeño sexo erecto a Eduardo.
-Lame aquí – le pidió el vecino.
Aquella visión, que recordaba al chico a las salchichas que alguna vez su tía le ponía, le decidió a probar a que sabría si pasaba su lengua por esa zona....
.... Ante los alaridos del vecino, y con aquella dentadura que, a cada contacto con la carne humana, se le transformaba, Eduardo, que empezó solo dando lametadas, como así se le había pedido, al pequeño pene, arrancó de un solo y limpio mordisco los genitales... y ante los aterrados ojos del vecino comenzó a masticarlos con gran placer para su paladar.
Los tíos acudieron alarmados y todo se convirtió en una locura...
... Al ser una zona tan llena de venas y vasos sanguíneos, el pequeño vecino murió desangrado antes de que alguien pudiera hacer algo por salvarle...
El joven hijo de Maria fue devuelto con sus abuelos, quienes tampoco aguantaron mucho tener a aquel extraño muchacho, más sabiendo lo ocurrido y conociendo la extraña mente de su nieto, entre ellos... Los siguientes años del pequeño fueron un ir y venir entre hogares, pero nunca olvidó aquel primer bocado de carne humana...
... Conforme, Eduardo, fue creciendo, no solo su intelecto lo fue separando de los demás sino también su aspecto: se desarrollo físicamente más temprano, y su cabello paso de ser castaño oscuro a dividirse en mechones color avellana y rubio ceniza... Quisiera o no, llamaba la atención, sin dejar indiferente a nadie.
Eduardo sería, sin comprenderlo al principio, otro dios caído en la tierra por el azar. Otro ser excepcional caminando entre los humanos, sin que ellos fueran conscientes... Pero, también, para quien les rodeaban era un ser bestial, extraño, y aterrador. La sociedad humana suele tratar a los animales (nobles en su carácter instintivo) y a los seres excepcionales (motivo de envidia malsana) de igual manera, y Eduardo no tardó en comprobarlo en propias carnes nada más comenzó a dar indicios de su naturaleza mestiza (naturaleza monstruosa para la horda humana).
Eduardo se crió entre los humanos, y ellos se aseguraron de que la bestia se mantuviera cohibida y escondida dentro del muchacho mientras pudieron.
Para la masa humana, la forma primordial de amaestrar a un individuó así ha sido siempre el escarnio y el maltrato.
Los abuelos y los familiares de Eduardo se encargaron de silenciar lo acontecido con aquel joven tan atrozmente fallecido, pero también se aseguraron de que la educación. Domesticación e instrucción, del joven siempre recayera en manos adecuadas... Año tras año.
Docentes de la antigua escuela, aleccionados por la familia de Eduardo no tuvieron reparos en recurrir al castigo físico (siendo verdaderamente creativos en este) o, en el caso de que sus carreras corrieran peligro al descubrirse aquel trato especial, al no menos ruin escarnio publico (donde tampoco pecaron en crueldad y creatividad)... Hacer una lista de las torturas que, con el fin de o bien reducirlo o, tampoco llegó ya importar, eliminarle, el cuerpo y el espíritu de Eduardo sufrió nos llevaría paginas y paginas, así que, con la idea de aquel animal maltratado y acorralado, nos basta para explicar lo que vino entremedias y a continuación...
Por supuesto, el haber probado por primera vez a carne humana fue detonante de que el deseo de más estallara en el joven desde aquel primer momento... Aquello, para su desgracia, también provocó un cambió químico en su organismo que permitió a otros localizarle...
... Así fue como Warner entró en su vida.
Una mañana, mientras Eduardo “disfrutaba” de su encierro diario, cortesía del docente de turno a sueldo de su familia, aquel muchacho delgado de mirada perversa se coló en la habitación donde cumplía su tormento.
-Sé lo que hiciste – fue lo primero que surgió de aquellos labios finos que dejaban entrever en demasía unos dientes sucios y afilados.
-¿De qué hablas? – se puso, Eduardo, a la defensiva.
Warner era más alto que él, y al comenzar a avanzar hacia donde Eduardo estaba acurrucado, este comenzó a retroceder... Hasta que aquel chico maquiavélico lo arriconó contra una pared.
-Se lo que hiciste, y se lo contaré a todo el mundo... Sé lo de ese chico – Un brazo a cada lado y aquel apestoso aliento, Eduardo no podía moverse mientras era amenazado.
-No sé de que me hablas.
-No digas idioteces – uno de los brazos mantenía a Eduardo contra la pared, mientras en otro descendía hacía su entrepierna -... Así que te gusta comer pollas humanas – Warner se relamió obscenamente, mientras le bajaba la bragueta -... A mi también
Eduardo luchaba por contener las lagrimas de rabia y confusión, mientras Warner lo masturbaba lentamente, sin perder aquella perversa sonrisa ni dejar de mirarle a los ojos esperando una reacción, hasta que sintió la plena erección... Eduardo se sintió verdaderamente avergonzado de que su cuerpo le hubiera traicionado en ese momento.
-Dime, Eddie ¿Dejaste que él te la chupara antes de comérsela? – pegó un doloroso apretón al decir aquello -... Sí claro que sí, esta cosa nunca miente... Incluso, estas babeando porque yo te la chupe ahora.
Warner reía mientras pajeaba con énfasis a Eduardo.
-Por favor...
-Mira el fiero mestizo, vergüenza de la raza de su padre, pidiendo clemencia – retorció el pene hasta que escuchó a Eduardo gritar -... No, amiguito, ahora vas a ser mi putita. Además, también se que, a escondidas, ya has tratado alguna vez de repetirlo – Warner, parecía realmente excitado, y al acercarse para decirle aquello, sin parar de empuñar e miembro de su presa, mordió la oreja de Eduardo hasta hacerle sangre -... ¿T e gustaría que esa enana, de labios canosos, te la chupara? – y sacudió el pene con tal violencia que Eduardo se doblo de dolor - ¿Te gustaría después comértela? Sé que el otro día te bajaste los pantalones delante de ella y su amiga y la propusiste jugar a “ese juego”... Ya sabes tu cual... Dime ¿Te gustaría?
Casi sin respiración, sintiéndose como nunca ultrajado, Eduardo se vio obligado a asentir...
-Sí... sí...
Warner le soltó de golpe y se arrodillo frente a él, antes de meterse el dolorido miembro en aquel pozo que llamaba boca, le susurró.
-Yo te lo conseguiré... si eres bueno.
A partir de ese día Eduardo se convirtió en el sirviente, y en la puta, de Warner... Y sí, le consiguió lo que deseaba, pero, ¿a que precio? Ni siquiera los familiares de Eduardo pudieron haber imaginado jamás peor tortura que la que sufrió en manos, y al servicio, del pervertido de Warner...

Diario de Eduardo...
La vida no es siempre fiesta y alegría, también huele, y sabe, a sangre, esperma, sudor, vomito, fiebre, desengaño,... Podría pasar horas enumerando texturas que me trasladan a mis vidas pasadas...
Fue decisión de mis abuelos el que nos trasladáramos a aquella área de descanso, no se si ya por entonces las cosas iban mal en casa... O si fue entonces cuando empezaron a ir mal...
Cuando la vida me pisoteó la cabeza para hundírmela en el fango del que desea el anonimato. Yo creía que el mundo tenía que ser como en las películas o las series de televisión que poblaban mis tardes en casa... Soñaba, tras ver la Guerra de las Galaxias, con ser un astronauta que junto a mis amiguitos, que nunca tuve (en verdad), cruzaría la galaxia viviendo mil aventuras (Y no me cortaba en ir pregonándoselo, a voz en grito, a todo aquel que me quisiera escuchar), o, tras ver El Coche Fantástico, con que algún día tendría un bólido igual... Mi héroe de infancia era Superman, no hace falta decir que otras cosas soñaba...
Pero todo aquello quedó atrás en cuanto cruce las puertas de aquella casa, en aquella villa de reposo, que mis abuelos habían elegido como retiro de la ciudad...
¿Era un niño controlador? Supongo, casi siempre me salía con la mía... Y aquello me servia en muchos campos...
El objeto de mis manipulaciones mas perversas fue anterior a aquellos días... Solo tengo que pasar la pagina, y el cine de la memoria se pone en marcha...
... Entonces se me aparece la imagen de David...
Estoy en casa de mis tíos, una de la s muchas veces que mis abuelos quisieron deshacerse de mi, me balanceó en el columpio, impulsándome con fuerza, quiere ver por encima de los setos, quiere ver la casa del final de la calle, y, al niño que en ella vive...
-¡David! – grito.
-¡Que! – me responden.
-¿¡Vienes a jugar a mi casa!?
Es la primera vez que mi cuerpo es recorrido por lo que los mayores llamarían "excitación sexual", y los que son como mi verdadero padre, reflejándose en mi respiración entrecortada y en la expresión anhelante de mi redondo rostro sin mentón ni rasgos distintivos, el anhelo anterior a la caza.
David, el hijo de pastor acostumbrado a la estricta disciplina de un padre, que lo tuvo ya muy mayor, basada en la rectitud católica. David tiene en su cara la alegría de quien abandona un hogar gris y austero, para entrar en un paraíso lleno de juguetes. Él desea lo que el niño tiene, y no la compañía de este.
En menos de un minuto David se presenta en la casa de mis tios.
-Venga, subamos – le digo.
David sube las escaleras detrás de mi.
Una vez en la habitación, expongo mis deseos.
-Juguemos a la Casita de Chocolate.
David ya conoce el juego de sobra, es raro que lo que en poco tiempo va a pasar no ocurriera ya antes, ya lo hemos jugado muchas otras veces... Así que corre a pedirse el rol del niño... lo hace por egoismo, para ser él quien tome la posición pasiva de ser la victima, sin saber que yo soy el primero en desear que así haya de ser...
-Sal fuera, y llama a la puerta
David obedece.
Toc... Toc...
-¿Quien es? – abro la puerta.
-Soy un niño que se ha perdido, y tiene hambre – responde, David, dentro del papel tantas veces interpretado.
-Pasa, pasa, pequeño... Te daré algunos dulces para comer...
David cruza la puerta, y entra en la habitación que hace de Casa de la bruja...
-Ya eres mío, ahora te encerrare en una jaula, y, te engordare antes de comerte
David se deja colocar sobre la cama, que hace de jaula, se sienta con las piernas cruzadas.
Yo hago que voy de un lado a otro, y finalmente me dirijo hacia la cama.
-Enséñame un dedito.
David obedece.
-Mmmm... Que gordito... Ahora te comeré.
David se tumba sobre la cama, se deja quitar la camiseta... Yo me coloco sobre él...
-Empezare por tus mofletes que se ven gordos y tiernos.
Lame y chupó las rellenas mejillas...
... Los dientes me comienzan a picar...
-A ver esas tetillas.
Paso la lengua por los pectorales de David, esta ya se esta sacando su pene... El siguiente plato de la bruja, y su única aportación al guión del juego...
-Mmmm... Que colita mas gorda.
Las encias escuecen al tiempo que, por primera vez en mi vida, siento como mi dentadura cambia...
David ya se ha excitado pensando lo que viene ahora... Pobre, no sabe que aquella será la última vez.
Ninguno de los dos comprendíamos aun lo que era una felación, pero es eso lo que ahora interpretamos... Me mete el pequeño pene en la boca, lo llenó de lamidas que simbolizan el acto de devorarle el miembro viril...
-Que rica esta – digo sin poder dejar de saboreársela.
Y allí acaba el juego... empieza el inevitable desastre, pues mis dientes se cierran de golpe, arrancando los genitales. Extasiado mastico el sabroso bocado, sin quitar ojo al resto del lechón, que se retuerce y sangra sobre la cama.
Entran mis tíos, el hechizo se rompe... David muere sobre la cama...
... Mis tíos me devuelven con mis abuelos.
... Y ahí acaba la primera escena dentro del film de la memoria...
Se ocultó como se pudo, incluso se pago a los padres y nos vinimos a este maldito lugar para que nadie hablara jamás de aquel “accidente”. Pero tuvo que aparecer Warner... Warner me despreciaba, y le gustaba reírse de mi. Él sabía todo aquello y supo demostrarme como actúa un verdadero manipulador.
Warner se reía de mi, me despreciaba, me convirtió en su juguete... En el monigote al que someter en sus juegos perversos...
Pero coloquémonos en situación...
... Me encuentro en una clase atestada de niños desconocidos...
Hoy me llevó al colegio el hijo de mi vecina, es guapo y alto, va a ultimo curso... La profesora pasa lista, no me nombran, y lo hago notar... Los demás niños se ríen de mi, y, eso me hace sentirme mal. La profesora me lleva de la mano a mi clase...
-¿Quién es este? – pregunta la profesora de la clase que me corresponde.
Oigo a la otra dar mi nombre y mis apellidos... La profesora mira la lista, luego a mi, y sonríe... seguramente en su bolso ya esta el fajo “donado” por mis abuelos para que corrija mi problema.
-Anda, siéntate allí – dice mi profesora con fingida desgana...
Los niños de la clase se ríen de mi, y, eso me hace sentirme mal... Oigo, avergonzado, las palabras de aquella mujer alta y delgada... Luego nos envían al recreo...
... Allí me rodean entre un grupo, se ríen de mi, y, me llaman cosas muy feas (Vale, suena idiota decir esa expresión), antes de irse me dan una patada en la entrepierna...
Paso otra pagina, y de nuevo el cine de la memoria se pone en marcha...
La Dama Negra (La profesora de primero de EGB, aquella primera institutriz patrocinada por mis abuelos) me saca a la pizarra... Alguien ha pintarrajeado la mesa de una compañera, soy arrastrado por los pelos, no puedo comprender porque he tenido que haber sido yo, pero todos me culpan.
Ayer intenté ganarme a la profesora, arrancando unas flores de un jardincillo que había junto a mi casa, y, se las entregué con una sonrisa. Ella me las tiró a la cara con una expresión de asco.
-Ímbecil... Estas hierbajos me dan alergia.
Seguro que tenía la misma cara de desorientación que tengo ahora, y, como hiciera entonces, rompo a llorar...
-No he sido yo... No he sido yo...
-¿Encima te atreves a negarlo?
Los tirones se hacen mas violentos...
-No he sido yo... No he sido yo...
Mis ojos se abrasan en lagrimas, la Dama Negra no se apiada... Ni tampoco se conforma con representar la escena de avergonzarme delante de la clase... Me arrastra a la otra clase, y allí vuelve a hacer lo mismo...
No comprende... Mientras soy arrastrado por los pelos, no puedo comprender porque he tenido que haber sido yo, pero todos me culpan... Y todos se ríen de mi...
-No he sido yo... No he sido yo...
-Encima se atreve a negarlo... Voy a tener que azotarte...
En la papelera de la clase, aun yace, echo trizas, un dibujo dedicado a la Dama... Ella esta de pies sobre una mesa, asustado por un ratón, él se representó ayudándola (Salvándola del ratón), desea que ella le quiera... Que no vuelva a encerrarle en aquella habitación, ni a azotarle hasta dejarlo sin respiración... Lleno de morados y sangre....
-Pero ¿que clase de monstruosidad es esta?... ¿Que asco?... Además ¿no te había prohibido usar el negro?
-Pero es que me robaron los otros colores, solo tenía la cera negra...
Ella le miro de forma rara, en realidad esta satisfecha (por cada tortura extra es premiada), pero para mi entonces no podía decir si estaba asustada, asqueada, o, simplemente, horrorizada por aquel monstruito que tenía delante... Hizo el dibujo trizas, y, cogiéndome por los pelos, me devolvió a mi sitio... No comprendía que hacía mal, porque ella era así conmigo... Y todos, mientras era arrastrado a mi sitio, se rieron...
Mientras la Dama Negra me despelleja con su fusta, tomo una decisión: Mañana no volveré al colegio...
De nuevo finaliza otra escena, dentro de la película de la memoria... Y paso a otra pagina...
Tras lo de David, Tras lo de la Dama Negra... Tras todo aquello, ya no había vuelta atrás, algo se había roto en mi interior... Llámalo inocencia, llámalo como desees, yo nunca volví a ser un niño...
... Y de nuevo las luces se encienden cuando la escena termina... Y una nueva pagina es dejada atrás, para empezar otra nueva... La que terminó por matar mi inocencia.
Esta pagina me traslada al cuarto donde tantas veces fui torturado y vejado, y donde entonces me hallaba castigado. No estoy solo, entra otro chico... Tengo 7 años, él es más mayor... Tampoco es humano.
Se puso frente a mi, empezó a tocarme, brazos, costado, cintura, piernas... Y subió hasta mi entrepierna... Desabrochó mi bragueta... Sacó mi pene.
Sabía lo de David, me amenazó con contarlo... si yo no le obedecía.
Estamos uno frente al otro: él con mi pene en su ano, yo con él suyo en la mía...
-Menéamela – me pide.
Yo obedezco asustado, desorientado, mientras él realiza la misma acción sobre mi pene...
Como casi siempre desde que me tiene en sus manos, me siento violento, hasta ahora era un juego privado que yo controlaba... Ahora ya no dirijo la acción... Y ya no es privado...
-Ahora nos daremos chupadas en las colitas
Tira de mi para que me acerque a su aparato... cierro los ojos, me siento incomodo, y le doy una chupadita en el glande... El gime, una risilla...
-No muerdas, osito, no muerdas – se ríe porque sabe que mi dentadura ha cambiado nada más tocar su carne... Aunque no sea humana, es carne...
Él me corresponde, aunque su chupada en mas profunda, y, dura un poco mas... No siento placer, la culpa y la vergüenza me invaden...
Warner que se burlaba de mí por no tener la fuerza y en valor de ser lo que por herencia me tocaba, consiguió que enterrara todos los instintos paternos en lo más hondo de mi ser... Intente, más que nunca, ser uno mas. Me esforcé por ocultar “mis excentricidades”... Pensé que así la gente, sobre todo mi familia, me empezaría a aceptar... Porque lo único que quería era eso, que me aceptaran, que me quisieran...
¿Era mucho pedir?
Años llorando, escondido en mi habitación, porque cada noche soñaba con que mi boca y mis manos recorrían jóvenes, y deliciosos, cuerpos humanos... y luego los devoraban con lascivo placer... Años convenciéndome que aquello que sentía estaba mal.
Yo lo único que quiero es que me acepten, que me quieran... Ser amado... ser normal...
¿Es mucho pedir?
De todos modos, Warner nunca me dejó olvidarlo...
Eduardo cerró su diario, y encendió la radio.... Se le encogió el estomago, era como si en lugar de Hall&Oates, fuera la voz de Warner la que todavía estuviera escuchando... Era imposible, Warner estaba muerto, él mismo lo mató.

EVERYBODY LOOK AT ME, ME
I WALK IN THE DOOR YOU START SCREAMING
COME ON EVERYBODY WATCH YOU HERE FOR?
MOVE YOUR BODY AROUND LIKE A NYMPHO
EVERYBODY GET YOUR NECKS TO CRACK AROUND
ALL YOU CRAZY PEOPLE COME ON JUMP AROUND
I WANT TO SEE YOU ALL ON YOUR KNEES
YOU EITHER WANT TO BE WITH ME, OR BE ME

Eduardo se dejó caer de nuevo sobre el asiento... Jamás podría escapar de lo que era... Un devorador de seres humanos, el hijo mestizo de un conquistador de mundos y una humana que nunca llegó a conocerlo.
Pero, sobre todo, porque esa canción no acababa de hacerle olvidar el ultimo trabajo que hizo para Waner, para diversión de su amo, y el que acabó por hacerle estallar... La sangre de aquella cría se mezcló con la de Warner entre sus garras, y aún no se la había conseguido acabar de limpiar.

MANEATER, MAKE YOU WORK HARD
MAKE YOU SPEND HARD
MAKE YOU WANT ALL, OF HER LOVE
SHE´S A MANEATER
MAKE YOU BUY CARS
MAKE YOU CUT CORDS
MAKE YOU FALL, FALL IN LOVE
MANEATER, MAKE YOU WORK HARD
MAKE YOU SPEND HARD
MAKE YOU WANT ALL, ALL OF HER LOVE
SHE´S A MANEATER
MAKE YOU BUY CARS
MAKE YOU CUT CORDS
WISH YOU NEVER EVER MET HER AT ALL

Warner siempre lo sabía todo... Nada se le escapaba, menos aún lo que la cercanía de aquella rubita mofletuda provocaba en la química de Eduardo... Aquella pequeña caprichosa, manipuladora, que traía locos a todos, era todo un delicado bocado...

AND WHEN SHE WALKS SHE WALKS WITH PASSION
WHEN SHE TALKS, SHE TALKS LIKE SHE CAN HANDLE IT
WHEN SHE ASKS FOR SOMETHING SHE MEANS IT
EVEN IF YOU NEVER EVER SEEN IT
EVERYBODY GET YOUR NECKS TO CRACK AROUND
ALL YOU CRAZY PEOPLE COME AND JUMP AROUND
YOU DOING ANYTHING TO KEEP HER BY YOUR SIDE
BECAUSE, SHE SAID SHE LOVE YOU, LOVE YOU LONG TIME

Primero se encargó de vejarlo, como era costumbre, y una vez lo tuvo destruido, fragmentado su espíritu, le condujo a la habitación... Allí estaba la chica: completamente desnuda, completamente bañada por una espesa salsa de color rosa, atada al cabecero y los pies de la cama (una toalla debajo evitaba cualquier riesgo de mancha).
-Adelante, se que lo estas deseando – dijo Warner sentándose en aquella cama -... Es toda tuya, mi lobito feroz – no era cariñoso, era insultante, aquellos apodos dichos con aquel tono de burla con el que le quería subrayar lo cobarde y débil que era... recordándole quien manda.
Las ropas se rasgaron, los huesos se reconfiguraron, y el pelo color avellana con mechones rubio ceniza cubrió aquel cuerpo titánico y aterrador.
La bestia soltó un rugido antes de abalanzarse sobre sus victimas... Por qué ese día fueron dos los que sus garras y sus dientes descarnaron, pero solo a uno de ellos se lo comió...

MANEATER, MAKE YOU WORK HARD
MAKE YOU SPEND HARD
MAKE YOU WANT ALL, OF HER LOVE
SHE´S A MANEATER
MAKE YOU BUY CARS
MAKE YOU CUT CORDS
MAKE YOU FALL, FALL IN LOVE
MANEATER, MAKE YOU WORK HARD
MAKE YOU SPEND HARD
MAKE YOU WANT ALL, ALL OF HER LOVE
SHE´S A MANEATER
MAKE YOU BUY CARS
MAKE YOU CUT CORDS
WISH YOU NEVER EVER MET HER AT ALL

Año 2000, diario de Eduardo...
Un grupito de señoras mayores me miraban y cuchicheaban entre ellas. Una de ellas se adelantó y me cogió del brazo, me dijo que ella me llevaría en coche a la casa de mi abuelos...
Lo cierto es que tal y como son las cosas, un ofrecimiento amable y desinteresado no era para desperdiciarlo.
Aquella noche, mientras me llevaba en coche, me empezó a mirar de arriba abajo, cuando acabo de mirarme me dijo:
-¿Por qué no vienes a mi casa a cenar esta noche?
Hice un gesto afirmativo, cualquier sitio lejos de mis queridos abuelos para quienes yo era siempre un engendro extraño e incomodo en la casa. Ella se encaminó hacia su casa.
Maria, así se llamaba mi anfitriona, no ceno casi nada aquella noche, parecía preparar alguna sorpresa. Después de cenar nos sentamos en el sillón, ella trajo unas copas y nos pusimos a hablar. Aparentemente, ¿accidentalmente?, Maria, me derramó su copa sobre los pantalones.
-¡Ay!, lo siento, quítatelos que ahora te los pongo a lavar – me dijo ella.
Mientras me los quitaba, Maria, se agacho sonriendo y beso mi paquete, el cual en seguida se puso en erección.
-¿Nunca te han hecho una mamada? – me preguntó.
Por supuesto mentí. La dije que no, Maria procedió, entonces (y sin que yo me opusiera), a liberar mi pene de la prisión de la ropa interior, y, enseguida, le bajo el prepucio para engullir el glande...
... En momentos así, desde que comencé la pubertad, me cuesta mucho no transformarme, de todos modos, Maria, parecía encantada por el tamaño, aún en mi forma humana es de considerables proporciones, de mi miembro.
Acabaríamos follando en aquel sillón. Pero, Maria no se conformo solo con eso, y embadurno mi pene y mi trasero con helado para quitármelo ella misma, y de forma lasciva, con la lengua.
Al día siguiente se repitió la escena, esta vez fue una mujer, algo mas mayor que Maria, la que me acogió en su coche.
Por el camino, recogió a su hija: una delgada y fibrosa (además de atractiva) jugadora de volleyball, y me explicó que la chica pasaba una mala racha con el novio.
Cuando llegamos a una calle desierta, la mujer comenzó a manosearme la entrepierna, la mano de su hija se unió al sobamiento. Luego la chica, ágilmente, paso al asiento de delante, en el que me sentaba yo, y se acoplo, se había quitado el short y las bragas en el asiento de atrás, sobre mi pene erecto y desnudo. Me cabalgo con calentura, me corrí pero ella no paraba, mas, y mas, y mas,... hasta que perdí la conciencia. (y, creedme, por mi naturaleza mestiza, mi aguante es muy superior al de los humanos, pero, como sabría más tarde, ella no era humana)
... Me desperté con su coño sobre mi cara, ya inundada de sus jugos (mientras dormía se había rebozado contra ella), olía bien así que no me negué a comérselo (no radicalmente, por una razón que aún desconocía, mis dientes se negaban a cambiar... Pensándolo bien, ni siquiera mi cuerpo cambió. Más tarde sabría el por qué), eso la encendió aun mas... casi pierdo de nuevo la conciencia por asfixia.
-Cómemelo perro, así, así, así me gusta, puto perro.
Se giro e iniciamos un sesenta y nueve. Dios como la chupaba... Y que sabrosa estaba... volví a desmayarme.
Me desperté encadenado, todas aquellas mujeres: aquellas a las que había visto esos días en camaradería observándome, y aquella chica; me observaban.
-Sabemos quien eres, lo que eres, y sabemos lo que has hecho... Tranquilo, no te denunciaremos. Hemos decidido que a partir de ahora serás nuestro perro, moverás tu colita cuando te llamemos.
Así empezó mi vida como perro para el Conventiculo Carmesí.

Año 2000, diario de Eduardo...
Iba con el coche de una de mis dueñas, era de noche, por una carretera (ahora no recuerdo cual), vi a una chica que hacía autostop, pues, aquella noche había estado de fiesta hasta tarde y había perdido el ultimo autobús.
-¿Dónde vas? – la dije
-Voy a Chinchon, ¿Te viene bien? – me dijo ella.
La indique que entrara, al fin y al cabo ella era lo que andaba buscando (unos 16 años, melena azabache, cuerpo delgaducho, pero, donde resaltaban unos enormes pechos bajo la blusa). El calorcillo del coche, y que ella parecía estar cansada, hizo que no tardara en quedarse dormida. Paré el coche y me quede mirándola, quizá podía comérmela, ahora que nadie miraba, y luego buscar a otra con la que divertir a mis amas... Me fije en su largo cuello y comencé a besárselo sin despertarla, tenia un sabor dulce y evocador... pero insustancial. Aún así, no quise detenerme allí, la abrí la blusa y me detuve en sus pechos durante minutos (mordiscos, lametones, besos... Pero la carne, pese a ser abundante, era flácida e insípida). Ella se despertó pero no dijo nada, aquello la gustaba y quiso mas. Pero, era tarde, y, aunque, a mi me hubiera apetecido continuar con aquella niña (¿Sabéis esa sensación de hartazgo que os dan algunos bocados nada más tocar vuestra lengua? Eso me provocaba esa chica), no merecía la pena para arriesgarse a que me castigaran..
Como adivinareis, la engañe, no la lleve a Chinchon, pues, me habían enviado a por una chica y esa valía como cualquier otra.
Ella estaba muy caliente, y debió pensar que aquella era mi casa, en cierto modo lo era. Se asusto al ver a mis dueñas en el salón. Cuando iba a salir corriendo la así por los brazos, y baje sus vaqueros y sus bragas. Las instrucciones eran claras, querían verme follandola, reventándola en plena transformación si así me lo ordenaban, como los perros, mientras ellas incrustaban sus decrépitos coños en la carita de la chica..
La cosa salió como esperaban, la chica no pudo tener su lengua quieta mientras yo la bombeaba por detrás.
La chica se giro, yo aun no me he corrido y se abalanzo sobre mi pene como un animal, se lo comió como si fuera su único sustento... estaba muy salida. Una de mis dueñas le introdujo el palo de la escoba por el sexo, la tía pegó un respingo y chupó con mas salvajismo. Yo me convulsionaba...
... Y, mis dueñas permitieron que al perder el control, me transformara... Mientras no dejaban de jalear:
-COMETELO TODO, BONITA, COMETELO TODO, PERO QUE ZORRA HAS TRAIDO... MIRALA COMO CHUPA. TEN CUIDADO A VER SI TE LA VA A ARRANCAR, JAJAJAJAJA
Mis dueñas se retorcían de risa.
El chorro de semen la ahogo, mientras mi miembro, ya colosal en compensación con el resto de mi cuerpo transformado, tensaba tanto sus mandíbulas que pude oírlas crujir... Gimió de dolor, y tosió... Se enrojeció al darse cuenta de lo que había hecho... Intentó salir corriendo, huir, aunque fuera completamente desnuda, de aquella casa...
... Yo quizá hubiera tenido piedad, mis amas no. Me ordenaron decapitarla de un zarpazo.
El cuerpo en vez de enterrarlo, lo trocearon y guisaron... Estuve comiendo cocido de paliducha durante casi dos semanas.

Año 2000, diario de Eduardo...
La negrita estaba rellenita y lustrosa, bonita boca, y carnosas mejillas. Se arrodillo a mamarmela tan pronto como desembarcamos en su casa. Tan solo era una invitación a tomar algo, pero en cuanto cerro la puerta su expresión cambio, se abalanzo sobre mi entrepierna y se apropio de mi sexo.
-Te voy a comer enterito, que rico estas, mmmmm, que gorda, suave, y calentita la tienes.
Se la metía y sacaba, mecánicamente salvaje, de la boca una y otra vez.
-Mmmmmmmm, que sachichita mas gorda para acompañar con pan y ketchup, mmmmmm...
La agitaba con violencia mientras me la comía.
Se transformó ante mis ojos, su pelaje era tan negro como la noche... Una Gryzzmolking, una de verdad, para la que un mestizo, aunque fuera de su raza, era un humano más.
-Dame tu leche, cabron, dame tu leche, o te la arranco de lo caliente que estoy, grrrrr....
No mentía, ¿y por que debía hacerlo? (yo en su lugar, de ser libre y ella humana, ya me la estaría comiendo ), sus dientes se clavaban en la carne.
Me corrí como en un torrente. Ella clavo aun mas los dientes y alcanzo un cuchillo para curar resistencias.
-Con leche estará deliciosa, jajajajaja, mmmmmmmmmm...
Perdí el conocimiento.
Cuando desperté, me encontré en mi caseta, con mi collar y mi cadena puestos... gracias a dios conservaba el miembro intacto.
Pocos días después me entere que mis dueñas me habían alquilado a esa hembra, para que cumpliera sus fantasías conmigo... Al parecer mi padre la había jodido bien, y quería fantasear un poco con su hijo.
Cada día era un nuevo motivo para utilizarme...
... Tan solo una niña... tan solo una niña... menudita, rubia, y bastante picara y curiosa. Su madre, una de mis dueñas, me encargó que la "educara".
Anduvo hablándome durante un rato, yo con una sonrisa la prestaba atención... Tenía ordenes muy claras, y no incluían hacerla demasiado daño (aunque algo si que me lo había ordenado su madre... así se curtiría un poco, me dijo)
-Por qué no me ayudas a llevar unas cosas a la furgoneta - le dije, sabiendo que nadie nos vería entrar en el vehículo
Ella asintió, y, tras coger los bártulos los llevamos dentro del vehículo. Los metimos al fondo, cerré las puertas y en la oscuridad la susurre:
-Me han dicho que las rubias tenéis un sabor especial.
La niña intento gritar pero mi mano lo evito, empecé lamiéndola las mejillas. La arranque la ropa tras tumbarla, con lucha por su parte, en el suelo, ahí continué con el resto de su virginal cuerpo.
Pude haberla devorado, su sabor era indescriptible, pero aún no estaba listo para traicionar a mis amas.
Lo primero que hice al salir de allí fue irme a un bar cercano, allí llegue a consumir 7 cervezas y 2 martinis secos. Era de noche, la juventud del lugar bailaba a mi alrededor (supuse que era viernes). Una chica se acercó a mi, observe que era mas bajita que yo y me detuve en su boca perfecta. Unos labios dulces y carnosos enmarcados en una carita redonda y juvenil. Comenzamos a hablar, luego llegaron los besos y las caricias, y luego ella de rodillas, en el baño del local, haciéndome una proverbial mamada. Cuando nos despedimos ella me dijo que se llamaba Anabel y que tenia 16 años, no voy a negar que se me helo la sangre... 16 años y hemos tenido sexo... luego pensé en la otra niña (y en tantas otras a las que además había devorado)... caí en lo enfermiza que había sido esa jornada, aunque, sin diferenciarse de cualquier otra, ciertamente...
... Aquello tenía que parar algún día. Pero, ese día no.
Corrí tras la chica del bar, la hice girarse y la bese, ella acepto el ultimo beso
-Quiero comerte – se lo dije tal y como lo sentía, mi cuerpo comenzaba a tensarse y mis huesos a recombinarse... mi dentadura punzaba tras mis labios.
-Mmmmmm, tentadora propuesta, ¿y como lo harás?
La estampe contra un muro y, aferrándola de las manos, comencé a mordisquearla la boca y las mejillas. Ella gozaba del arte de mi lengua.
-Soy una niñita muy mala, señor lobo.
-Lo se, recibirás tu castigo
Levanto su top y comencé a morder y chupar sus preciosos pechos... pero sin decidirme a devorarla...
-Mmmmmmmmm, coma, coma, soy una niña muy mala.
Sus palabras me excitaban aun mas.
Me pidió que la follase a perrito, yo obedecí y comencé a bombear ese culíto redondo y carnoso, tensándolo y desgarrándola conforme ganaba el tamaño y corpulencia... Mmmmmmm...
-Tráteme como una perra señor.... oh, Siiiiiiiiiiiiiii...
Caímos desfallecidos, la acompaño a su casa y nos despedimos con un nuevo morreo. Ha estado bien follar por placer y no por mandato, eso es lo que ha evitado que la devorara... Memoricé su dirección por si algún día, cuando fuera libre...

Año 2000, diario de Eduardo...
La chica seguía despierta, yo había de vigilarla, no paraba de mirarme hasta que por fin se decidió a hablar.
-¿Cuánto te paga mi madre?
La mire, su madre era una de mis dueñas.
-Nada, bien lo sabes, Almu.
-Dímelo...
Me hace pucheros, yo me sumerjo en sus pupilas claras.
-Por fa...
-Nada, soy su esclavo, ¿o no te lo ha contado?
-¿Y mío?
-¿Cómo....?
-¿Entonces eres también mi esclavo?
-Esto....
-A callar, esclavo.
Me soltó una sonora bofetada.
-Ahora harás lo que te ordene.
-Almu, eres solo un a niña, no voy a hacer contigo lo mismo que me obliga a hacer tu madre.
Otra sonora bofetada
-Harás lo que yo te ordene.
Y otra mas...
-¿O no?
La miro, es tan solo una niña a las puertas de la adolescencia, sin apenas pecho ni caderas... se sube la falda, no lleva bragas...
-Cómeme el coño
... Y yo soy un depredador, mi padre es un miembro de una raza de guerreros feroces e insaciables al que, si supiera de mi existencia, de seguro se le caería al cara de vergüenza al ver como otros me han convertido en su esclavo...
Almu se sentó sobre mi cara, y comenzó a rebozarse, jadear y acariciarse....
-Cómemelo, cabrón.
Me golpeó la cara con los puños, obedecí y la comí su coño lampiño... sus juguitos inundaron mi cara, jadeaba, se me viene varias veces...
... Prometí a mi padre que aquella era la gota que colmaba el vaso, y tomé una decisión...
Almu se retiró y se sentó sobre el bulto de mi entrepierna, comenzando a rebozarse.
-Menuda pistola guardas, voy a verla.
Extrajo mi pene y se quedó mirándolo con curiosidad.
-Voy a probarlo para ver a que sabe.
Se lo permití, quería pillarla por sorpresa... la venganza se sirve en plato frío,
Dio unos primeros lengüetazos, luego se la metió dentro de la boca, arriba y abajo, arriba y abajo,... Yo me dejé ir, mi miembro, sin la vigilancia de mis dueñas, crecía y crecía a mi antojo, y la mandíbula de la chica, aún así, resistió y, cuando, al fin, exploté, se tragó toda mi leche.
Se levantó, se relamió, y se sentó a ver la televisión. Mientras, yo la miraba y la rabia, por la humillación que sentía, me inundaba... Allí nadie podría detener mi primer golpe al Conventiculo. Me levante y le susurré.
-Has jugado alguna vez a Gretel y la casita de chocolate.
Ella me miró, entonces, curiosa.
-No ¿Como se juega?
-Tu serás Gretel, y yo el brujo dueño de la casita de chocolate.
-Vale, me encanta el chocolate... ¿Cómo empieza?
-El salón será la casita de chocolate, tu tendrás que salir y llamar a la puerta, yo te invitare a entrar y empezara el juego.
Almu aceptó, salió y llamó a la puerta. Toc, toc
-¿Quién llama?, ya voy... una niña, entra, entra, ¿tienes hambre?
-Sí ¿Tiene chocolate?
-Claro.
Voy a la cocina, ya me conocía las casas de mis dueñas de memoria, y traje una tableta de Chocolate.
Almu la devoró. Aunque era innecesario, ya tenia la panza llena de m leche, pero, el sabor del chocolate era un plus...
-Estas muy bien alimentada.
-¿Usted cree?
-Siiiii, muy bien alimentada... no escaparas de aquí, te cebare y te comeré.
-Jejeje, no por favor.
-Si, desnúdate, es la hora de cenar.... de cenarte.
Almu obedeció. Agarré su mano y chupé su dedo índice, al tiempo que me transformaba por completo... Su regordeta mano se perdía entre mis fauces,
-Que dedos mas gordezuelos tienes, estarás deliciosa
La inmovilice con mi cuerpo, y comencé a lamerla, chuparla y frotarme contra ella.
-Tenga... tenga piedad de mi... seguro...mmmmm...hay niñas mas tiernas y gordas que yo....mmmmm...
-Aquí no, tu me vienes genial ¡Ñammmm!
Su grito retumbo por toda la casa, su sexo sangraba desgarrado... el mismo procedimiento para sus pechos y sus carnosas mejillas....
No se si era el sabor de la venganza, pero al carne de aquella niña sabía a gloria...
-Por favor para, esto ya no tiene gracia – lloraba histérica, pero yo estaba caliente y furioso, además de que mi decisión era ferrea... No, no me detuve, y aquella rolliza muchacha fue mi primer banquete en casi un año...
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Como era de esperar, su madre se enfureció conmigo, ella no podía denunciarme, y yo pensé que podría contra todas ellas... Error mío. Tras doblegarme, entre todas me fustigaron hasta su extenuación y casi mi muerte...
Esperando que me muriera yo solito, me tiraron en la cuneta de no se que carretera, los morados no me permitían moverme, estaba tumbado casi muerto... rece porque algún coche me viera, antes de que muriese congelado...
Para mi desgracia no paso ningún coche, no se si es bueno o malo el que mi cuerpo y mi espíritu se aliaran para aferrarse a la vida, y que el primero pudiera curarse solo...

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